Los países del Grupo de Lima rechazaron este domingo el resultado la elección de la nueva mesa directiva de la Asamblea Nacional (AN) de Venezuela, después de condenar “el uso de la fuerza por el régimen dictatorial de Nicolás Maduro” para impedir que diputados puedan “acceder libremente” a esa reunión.
"La Asamblea Nacional tiene el derecho constitucional de reunirse sin intimidaciones ni interferencias para elegir a su presidente y directiva, por lo que desconocemos el resultado de una elección que vulnera esos derechos y que se ha dado sin la plena participación de los diputados que acudieron a la sesión", señaló un comunicado difundido por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Perú.
En la comunicación, suscrita por Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guyana, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú, Santa Lucía y Venezuela, el Grupo de Lima asegura que "sigue con extrema preocupación los eventos que se suceden en Venezuela".
Agregó que "hace un llamado a la comunidad internacional para trabajar de manera conjunta en apoyo a la recuperación de la democracia y el restablecimiento del Estado de derecho en ese país".
El pronunciamiento del Grupo de Lima, que reconoce a Guaidó como presidente interino de Venezuela, se sumó a la condena expresada por decenas de países a la elección por parte del chavismo de un nuevo jefe del Parlamento, en una sesión a la que le impidió entrar al líder opositor.
Los países aliados a Guaidó calificaron de "golpe" y "farsa" a la elección que hicieron diputados chavistas de Luis Parra, un antiguo miembro del partido opositor Primero Justicia.
Guaidó aspiraba a ser reelegido en el rol que ocupaba desde enero del pasado año y que le permitió proclamarse presidente interino de Venezuela con base en una interpretación de la Constitución de su país y al considerar "ilegítimo" el mandato de Maduro.
Tras la votación de este domingo, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, condenó los “actos de violencia” y “cualquier acción de usurpación realizada contraria a la legitimidad constitucional y a las mayorías” del Parlamento venezolano.
Estados Unidos, por su parte, calificó de "farsa" la votación y reafirmó su respaldo a Guaidó, al que dijo que seguirá considerando "presidente interino" de Venezuela.
En respuesta, Maduro aseguró que Guaidó "no quiso dar la cara" y por eso no entró a la sesión del Parlamento en la que debía ser reelegido como presidente de la cámara, pese a que este se enfrentó a decenas de policías para acceder al Palacio Legislativo.
Maduro dijo que la Asamblea Nacional "ha tomado una decisión y ha nombrado una nueva junta directiva de la oposición" y calificó esta medida como "una rebelión de los propios diputados", a pesar de que Parra fue votado esencialmente por los diputados oficialistas.
En su opinión, para los diputados "la procesión venía por dentro" porque, asegura, "el país repudia a Juan Guaidó como títere del imperialismo norteamericano", y lo consideró "un ser muy corrupto".
En la tarde del domingo, Guaidó abrió una sesión paralela e improvisada del Legislativo en la sede de un periódico tras no reconocer la nueva junta directiva y fue reelegido como presidente del Parlamento de Venezuela.
Por Guaidó votaron 100 legisladores de oposición, incluidos los miembros de la fracción 16 de Julio, contrarios al presidente Nicolás Maduro, pero también críticos habitualmente con el líder de la oposición.