Eric Hu no imaginaba que hace tres años cuando fundó en Shenzhen, en China, una start-up de drones llamada Swellpro sería entre los primeros en ver el potencial de una ciudad dedicada a los negocios de manufacturas tecnológicas.
Considerad#o como uno de los mejores lugares para la innovación, Shenzen es la cuna de gigantes como Huawei, actual potencia mundial en smartphones. “Shenzhen está muy bien", dice Hu, cuyas obras de ingeniería con ocho patentes propias y una cámara 4K para grabar escenas marinas se venden por 1,600 euros. La mayoría de sus creaciones acaban en Occidente en manos de millonarios.
Otro gigante de Shenzen es Tencent, una de las mayores empresas de Internet del planeta, creadora de WeChat, el WhatsApp chino, con 1,000 millones de usuarios. Actualmente la ciudad cuenta con aproximadamente 8,000 empresas de alta tecnología. El sector aporta 40% a la economía de la ciudad.
Sin embargo lo más impactante de la ciudad es su PBI, que se codea con el de Irlanda; la región incluye otras ocho urbes de China y las regiones especiales de Hong Kong y Macao, es equiparable al de toda Rusia. Según reportes del 2017. Shenzhen tiene una economía de US$ 491,000 millones se asemeja al PBI de Suecia.
Un poco de historia
Deng Xiaoping fue un político chino, máximo líder de la República Popular China desde 1978 convirtió Shenzhen en la primera zona económica especial del país.
Un experimento de la China del futuro, la ciudad era un pueblo de pescadores con 30,000 habitantes. Hoy, el censo oficial ronda los 12 millones.
Una particularidad de la ciudad es que en Shenzhen casi nadie es de Shenzhen, una locomotora a la que llegan cientos de miles de personas al año, mientras que la edad media ronda los 28.
“Hace 30 años, Shenzhen se convirtió en una ciudad de estilo occidental. Capitalista en lo económico, no en lo político”, explica el CEO de Huawei, Yu Chengdong