El embargo europeo a las importaciones de carbón ruso que entrará en vigor en agosto próximo supone un golpe a este sector industrial en el que trabajan cerca de 150,000 personas y generan medio de millón de empleos en empresas afines, pero no una merma importante en los ingresos de Rusia.
Según el Servicio Federal de Aduanas de Rusia, el año pasado las arcas de Rusia obtuvieron más de 4,000 millones de euros por concepto de exportaciones de carbón a los países europeos, suma que representa menos del 5% de los ingresos que reportaron las ventas de gas natural.
Casi la cuarta parte del carbón que exporta
En el 2021, las exportaciones rusas de carbón a Europa aumentaron en el 10.3% en comparación con el año pasado y totalizaron 50,4 millones de toneladas, que suponen casi la cuarta parte de las ventas al extranjero de este combustible fósil.
El embargo a las importaciones de carbón ruso, que contempla un período de gracia de 120 días a partir del viernes 8 de abril, forma parte del quinto paquete de sanciones adoptado por la Unión Europea (UE) contra Rusia por su “operación militar especial” en Ucrania.
Este año el precio del carbón se ha duplicado en comparación con el 2021, por lo que debido al veto a las importaciones de carbón, aunque sea total a partir de agosto, Rusia podría dejar de recibir unos 4,000 millones de euros.
Dice que Europa perderá más
Como en ocasiones de anteriores sanciones, Moscú ha advertido de que el embargo afectará más a los países europeos que a Rusia, ya que el carbón ruso cubre poco más del 45% de sus necesidades de este combustible.
“Desde luego, el carbón sigue siendo una mercancía muy demandada”, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en alusión a que Rusia no espera tener mayores dificultades para hallar nuevos mercados o ampliar los existentes fuera del continente.
Explicó que a medida que Europa vaya renunciando al uso del carbón ruso, su flujo “se reorientará a mercados alternativos”.
Este jueves el viceprimer ministro ruso, Alexandr Novak, indicó que las exportaciones pueden redirigirse a la región Asia Pacífico.
“No quieren comprar nuestro carbón, pues vamos a ir a otros mercados”, dijo Novak, que advirtió de que hay países europeos que tienen una gran dependencia del carbón ruso, a los que les costará renunciar a él.
China y la India, ¿las opciones?
Algunos medios rusos apuntan que China y la India podrían absorber los volúmenes de carbón que Rusia dejará de exportar a Europa, aunque ello supone superar importantes problemas logísticos.
“Rusia está al borde de agotar de capacidad de transporte ferroviario y marítimo a China, por los que difícilmente puede incrementar sus exportaciones de carbón al vecino país”, dijo el consultor Mijaíl Krutijin, experto en el sector de hidrocarburos.
En su opinión, lo más probable es que Rusia se vea en la necesidad de disminuir las extracciones de carbón o incluso de cerrar alguna explotación, con el consiguiente impacto social.
El experto subrayó que el embargo tampoco saldrá gratis a los países europeos, ya que los suministros procedentes de Indonesia o Australia, grandes productores mundiales capaces de suplir el carbón, encarecerán notoriamente por los costes del transporte, lo que se reflejará en las facturas de la luz y la calefacción.
Según los cálculos de Bruselas, la prohibición de importar carbón ruso privará a las arcas rusas de 4,000 millones de euros anuales.
Rusia es el principal proveedor de energía de la UE, que le compra un 46.7% del carbón que utiliza, un 40% del gas natural y un 27% del petróleo.
Sin embargo, los dos últimos hidrocarburos han quedado fuera de este paquete de sanciones pese a tener un impacto económico mayor: de los 99,000 millones de euros que la UE pagó a Moscú por energía el año pasado, 74,000 millones fueron para petróleo, 17,300 millones para gas y 5,400 millones para carbón.