El cardenal católico Joseph Zen, arrestado en Hong Kong el pasado 12 de mayo y posteriormente liberado bajo fianza, calificó a la Santa Sede de “imprudente”, pese a sus “buenas intenciones” por su enfoque blando hacia China.
Durante una misa de hora y media esta noche en la Iglesia de la Santa Cruz en Sai Wan Ho, el cardenal, de 95 años, criticó sutilmente el histórico acuerdo de la Iglesia Católica Romana firmado en el 2018 con China, mediante el papa reconocería a los obispos nombrados por el gobierno chino, y a su vez éste reconocería al papa como único líder de la Iglesia católica.
“Todos los obispos en China son reconocidos por el papa, y la Santa Sede ha firmado un acuerdo (con China). Esto significa que ellos (China) reconocen al papa”, argumentó Zen.
En China, unos 12 millones de católicos se reparten entre los pertenecientes a una iglesia reconocida por el Estado y una clandestina leal a Roma: “La Iglesia ha sido imprudente en ciertas áreas, aunque puede que tenga buenas intenciones. (Es) muy impaciente. Quiere que la Iglesia abierta (de China) y la iglesia clandestina se conviertan en una sola. ¿Existe la fe de todo corazón? Tal vez no”, agregó Zen.
De hecho, Zen ha calificado el acuerdo del 2018 como una “venta” de los católicos clandestinos en China, y en el 2020 viajó a Roma para instar al Papa Francisco a que no renovara el acuerdo, pero se le negó una audiencia.
Horas antes de la misa, el obispo y otras cinco personas comparecían ante un tribunal de Hong Kong para declararse inocentes de los cargos que se les imputan por no registrar un fondo que ayudaba a personas que participaron en las protestas del 2019.
Durante su comparecencia ante el tribunal hoy por la mañana junto con otras cinco personas, incluida la cantante pop Denise Ho, las exlegisladoras opositoras Margaret Ng y Cyd Ho y el académico Hui Po-keung, se dejó entrever que supuestamente no registraron el ahora desaparecido Fondo de Ayuda Humanitaria 612 como organización.
Zen, un activo defensor de la democracia en Hong Kong, y cuatro de los acusados eran fideicomisarios del fondo. El sexto acusado, Sze Shing-wai, era secretario de la organización, que se creó en el 2019 para ayudar a los manifestantes arrestados o heridos que necesitaban ayuda.
Si fueran declarados culpables, podrían enfrentarse a una multa de hasta 10,000 dólares de Hong Kong (unos US$ 1,275).
El juicio del caso comenzará en septiembre. Antes, Zen, Denise Ho, Ng y Hui deben presentarse ante la policía en agosto. Cyd Ho se encuentra actualmente en la cárcel cumpliendo una sentencia de prisión.
El gobierno chino rechaza las críticas al respecto al considerarlas “injustificadas” y defiende la actuación de la policía de Hong Kong, que basó las detenciones en un supuesto delito de confabulación con fuerzas extranjeras a través de dicho fondo.
Este delito se enmarca dentro de la polémica ley de seguridad nacional impuesta a Hong Kong desde Pekín, puede conllevar una pena máxima de cadena perpetua.
El arresto de Zen conmocionó al mundo católico y generó críticas generalizadas a nivel internacional.
El Vaticano, que está trabajando para renovar el pacto nuevamente con Pekín a finales de este año, aseguró tras su detención en mayo que estaba siguiendo de cerca la situación “con extrema atención”.