Noruega es un país conocido por tener “la economía perfecta”. Aparece en los primeros puestos de los ranking de mejor calidad de vida, democracia, trabajo, etc. En la actualidad, mantiene una deuda estable con el 40% del PBI.
Sin embargo, no siempre fue así. Tras el encuentro de petróleo, lograron avanzar económicamente y, a comparación de otros países con grandes pozos petroleros, consiguieron diversificar su riqueza beneficiar a los ciudadanos.
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Un poco de historia
En los años 60, Noruega era conocido por sus producciones de pesca. Actividad que era considerada, en ese momento, su principal motor económico.
Sin embargo, el descubrimiento de su primer pozo de petróleo en el litoral marino norte del país hizo que su suerte cambiara.
El profesor del BI Norgewian Business School, Erling Steigmun, señala a El Economista que la población estuvo expectante de los cambios por dicho negocio.
El dinero del petróleo
De inmediato, el gobierno empezó a trabajar en la extracción mediante su empresa estatal Statoil (ahora llamada Equinor) y en poco tiempo el país se convirtió en uno de los más grandes productores de petróleo y gas del mundo.
Sigbjorn Johnsen, expolítico noruego, afirmó al citado medio que en 1980 el precio del crudo creció, lo que dejó un excedente para ahorrar e invertir.
Los políticos tomaron la decisión de diversificar sus ingresos y no depender solo del petróleo. Esto porque si en algún momento el precio bajaba, podían verse muy perjudicados.
Es así que fortalecieron su red empresarial, crearon su fondo soberano llamado “Government Pension Fund Global” y empezaron a comprar acciones de firmas tecnológicas, tal como Apple, Alphabet (matriz de Google), Microsoft y más.
Government Pension Fund Global
El país escandinavo creó el fondo soberano, ya que consideran que los recursos noruegos deben ser para los noruegos.
Dicho fondo tiene un valor de 1.2 billones de euros, eso quiere decir que cada noruego tiene 200,000 euros.
El dinero fue invertido en educación de calidad, infraestructura necesaria y sanidad gratuita. Además, apoyan a empresas, siempre y cuando estas no sean contaminantes, no tengan casos de explotación laboral y no sean polémicas.