La historia de Charles Coristine muestra claramente cómo un cambio drástico en la vida profesional puede llevar a un éxito imprevisto. Después de casi dos décadas en el mundo de las finanzas en Morgan Stanley, Coristine renunció a su cargo de director ejecutivo debido a una rutina agotadora. Esta es la historia de cómo su vida personal y su carrera se vieron afectadas por una inversión arriesgada en la industria de los snacks.
Coristine disfrutaba de la emoción del trabajo en Wall Street. Se despertaba a medianoche para operar en los mercados de Tokio y Londres, pero tras casi 20 años, la presión lo llevó al agotamiento. Intentó diversas soluciones, desde adoptar una dieta vegetariana hasta meditar y estudiar un MBA, pero nada pareció funcionar. Fue en una barbacoa donde su vida dio un giro inesperado: conoció a un propietario de la empresa de snacks LesserEvil, que estaba buscando vender su negocio, el cual estaba “estancado”.
A pesar de no tener experiencia en la industria alimentaria, Coristine se sintió intrigado por la idea de un nuevo comienzo. En noviembre de 2011, compró LesserEvil por US$250,000, más un pago futuro de US$100,000. En ese momento, la empresa estaba perdiendo dinero y generando menos de US$1 millón en ingresos anuales. Sin embargo, Coristine vio en el nombre de la compañía una conexión con un estilo de vida saludable y consciente.
Bajo la dirección de Coristine, LesserEvil experimentó un crecimiento impresionante. En 2023, la empresa alcanzó US$103.3 millones en ventas brutas, con US$82.9 millones en ventas netas. La compañía, que vende una variedad de snacks más saludables, ha logrado establecerse en importantes minoristas y tiendas de esquina en todo Estados Unidos.
Desde 2021, LesserEvil ha sido rentable, generando US$14.4 millones en ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización (EBITDA). Este éxito es el resultado de una serie de decisiones estratégicas que han redefinido la marca.
Cuando Coristine asumió el cargo de CEO, estaba trabajando en TD Bank y completando su MBA en la Universidad de Cornell. Su primer paso fue contratar a amigos de la universidad para que se unieran al equipo. Juntos, comenzaron a actualizar la marca de LesserEvil y a crear su propia línea de producción. La marca anterior no atraía a los consumidores, y la empresa pagaba aproximadamente el 20% de sus ingresos en servicios de copacking.
Coristine y su equipo se enfrentaron a desafíos logísticos, pero con ingenio y creatividad, lograron transformar el negocio. Se mudaron a una fábrica de 5,000 pies cuadrados en Danbury, Connecticut, donde compraron equipos usados en subastas y adaptaron la maquinaria para satisfacer sus necesidades.
En 2014, LesserEvil introdujo un nuevo enfoque en sus productos al utilizar aceite de coco para hacer sus palomitas de maíz, gracias a la recomendación de su nutricionista personal. Coristine, al principio escéptico, realizó pruebas de estantería y descubrió que el aceite se mantenía fresco, lo que resultó en el lanzamiento del producto Buddha Bowl. Este producto generó aproximadamente US$2 millones en ingresos ese año.
La asociación con Kroger en 2015 fue un hito importante, ya que permitió a LesserEvil expandir su presencia en el mercado. En 2017, la compañía se mudó a una nueva fábrica de 20,000 pies cuadrados y, al año siguiente, recibió su primera financiación externa de aproximadamente US$3 millones.
LesserEvil se ha destacado en el mercado de snacks por utilizar ingredientes poco convencionales, como el aceite de aguacate y el aceite de coco virgen extra. Sin embargo, esta elección ha traído consigo algunos desafíos. En junio de 2023, una investigación de Consumer Reports encontró niveles preocupantes de plomo en algunos de sus snacks para niños, lo que llevó a la empresa a emitir una disculpa y relanzar los productos con mejoras.
A pesar de estos contratiempos, la empresa sigue siendo un competidor fuerte, generando US$62 millones en ventas netas en la primera mitad de 2024. Con una nueva ronda de financiación de US$19 millones, LesserEvil está lista para abrir una nueva fábrica en New Milford, Connecticut.
Hoy en día, LesserEvil cuenta con 280 empleados y Coristine tiene planes a corto y largo plazo para seguir creciendo y lanzando nuevos productos. Desde su salida de Wall Street, ha encontrado un equilibrio entre su vida personal y profesional. Trabaja menos horas y se siente más feliz: “Se siente como alegría, por lo que no parece trabajo”, afirma Coristine.
La historia de Charles Coristine es un testimonio de que, a veces, un cambio radical puede ser justo lo que necesitamos para encontrar éxito y satisfacción en nuestras vidas. Su viaje desde el estrés de Wall Street hasta la creación de una marca de snacks en auge nos recuerda la importancia de seguir nuestras pasiones y no tener miedo de tomar riesgos.
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