En ocasiones, una compra casual en una venta de arte puede convertirse en una auténtica joya inesperada. Esto fue exactamente lo que le ocurrió a una coleccionista que, hace más de 30 años, adquirió un bordado en una venta de arte por apenas 10 dólares. Sin embargo, lo que ella no sabía es que esa pieza aparentemente común escondía un valor increíble: un simple detalle convirtió su adquisición en un objeto valorado en US$15 mil.
La historia se reveló durante un episodio reciente del popular programa Antiques Roadshow, donde expertos en antigüedades evalúan diversos objetos que las personas llevan en busca de su valor real. El bordado en cuestión llamó la atención de Peter Pap, un reconocido tasador de textiles antiguos. Al verlo por primera vez, Pap quedó asombrado por la belleza de la pieza y la calidad de su confección.
“Es una pieza muy bonita”, comentó Pap al observar detenidamente el bordado. El diseño de la tela mostraba un intrincado patrón floral bordado en seda, con detalles que resaltaban la delicadeza de la obra.
Para sorpresa de la coleccionista, el bordado no solo tenía un valor estético. Según Pap, la pieza fue confeccionada en el siglo XVIII en India, más específicamente en la región de Gujarat, que en esa época formaba parte del Imperio Mughal. Este imperio fue una de las dinastías más ricas y duraderas en la historia mundial, y su legado artístico es reconocido hasta el día de hoy.
Las piezas textiles del Imperio Mughal, conocidas como “textiles Mughal”, son famosas por sus intrincados patrones y la calidad excepcional de sus materiales y costuras. El bordado de la coleccionista no era la excepción. Presentaba un patrón clásico de medallón, característico de la época, y detalles florales que fluían de manera curvilínea, con una precisión asombrosa.
“Hay una delicadeza única en la forma en que los diseños están dibujados y una sutileza extrema en las puntadas — probablemente las más finas que he visto de este tipo”, añadió Pap.
A pesar de todas estas cualidades que ya hacían del bordado una pieza excepcional, hubo un detalle clave que elevó su valor a US$15 mil: la composición de la tela. Pap señaló que el bordado estaba hecho de tres piezas diferentes de tela, unidas por costuras meticulosamente trabajadas para darle un tamaño considerable. El bordado mide aproximadamente 80 pulgadas por 100 pulgadas, un tamaño inusualmente grande para este tipo de trabajos.
“La pieza es muy grande, y eso, junto con la excelente calidad de su conservación, le otorga un valor significativo”.
A pesar de tener más de dos siglos de antigüedad, el bordado estaba en condiciones excepcionales. Solo presentaba algunas pequeñas imperfecciones: ligeras decoloraciones, algunos agujeros diminutos y una mancha de agua. Pap explicó que, para una pieza de esta edad, estos defectos eran esperables y no afectaban drásticamente su valor.
Según el tasador, de no haber tenido estas pequeñas imperfecciones, el bordado podría haber alcanzado un valor en subasta de US$25 mil a US$30 mil. Sin embargo, el precio conservador de US$15 mil ya representaba una ganancia enorme para la coleccionista, quien no podía creer lo que estaba escuchando.
“¡No lo puedo creer! Estoy más que feliz”, exclamó la mujer, aún sorprendida por la revelación.
Lo que comenzó como una compra de US$10 en una venta de arte terminó convirtiéndose en un retorno de inversión exponencial. Aunque ella desconocía el valor real de la pieza en el momento de la compra, la historia nos recuerda que, a veces, los objetos más valiosos pueden pasar desapercibidos hasta que alguien con el conocimiento adecuado los revaloriza.
Este caso también destaca la importancia de la historia detrás de los objetos antiguos, que muchas veces es lo que les otorga su verdadero valor. En este caso, el detalle que hizo la diferencia fue la combinación de un bordado excepcionalmente bien hecho, la historia del Imperio Mughal, y la gran dimensión del textil, algo poco común en las piezas de esta naturaleza.
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