Tras disiparse los temores de una posible recesión en Estados Unidos, J.P. Morgan proyecta un 2025 más resiliente, con compañías que enfocan sus planes de inversión en inteligencia artificial (IA), energía eléctrica y seguridad. Sin embargo, la posibilidad de un entorno comercial más complejo, donde un aumento en las tasas arancelarias pueda detonar un proceso “reinflacionario”, plantea la oportunidad de reconstruir un portafolio fuerte, dice Nur Cristiani, responsable de estrategia de inversión para América Latina en J.P. Morgan Private Bank.
“No es prepararnos para una hecatombe, porque no es para nada lo que estamos esperando, sino, se trata de blindar los dos grandes años de rendimientos que se ha tenido en el mercado aprovechando las nuevas oportunidades que vemos”, explica.
La banca de inversión, por ejemplo, anticipa un crecimiento de doble dígito para este y el próximo año en las utilidades de las empresas S&P 500.
Pero también prevé que, conforme las tasas vayan disminuyendo de manera gradual en el 2025, algunos activos del portafolio podrían perder parte de su poder de rendimiento. En este escenario, los inversionistas con una mayor proporción de efectivo en sus carteras podrían capitalizar oportunidades en activos tradicionales de renta fija y renta variable, así como en activos reales, como infraestructura y bienes raíces.
Cristiani enfatiza la importancia de mantener una cartera diversificada y con exposición internacional. “Nuestra convicción y preferencia hoy está en activos en Estados Unidos”, precisa.
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Energético
A medida que las compañías a nivel mundial avanzan en su digitalización y destinan importantes inversiones a esta área, J.P. Morgan, en su informe Perspectivas 2025, identifica que, dejando de lado las proyecciones exageradas, la inteligencia artificial (IA) representa una oportunidad de inversión significativa. “Vemos un claro potencial alcista para la economía global y para los mercados de renta variable, tanto el próximo año como en el futuro”, señala el informe.
Con el avance de la automatización, los centros de datos y la robótica, la inversión de capital en el sector eléctrico está a punto de dispararse, según el documento. “Los inversores que quieran aprovechar la creciente demanda energética pueden enfocarse en fondos de infraestructura, generación eléctrica y compañías de suministro energético”.
También se vislumbran oportunidades en infraestructura hídrica, impulsadas por la creciente demanda de agua para la refrigeración de centros de datos, así como en soluciones eficientes que crecerán en paralelo al uso intensivo de electricidad. La fuerte subida del índice Nuclear Renaissance Index (+75% en lo que va del año) responde, por ejemplo, a la especulación de los mercados sobre la instalación exitosa de reactores modulares de pequeño tamaño en los próximos años.
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Movimiento estratégico
Según J.P. Morgan, el aumento de los patrimonios en los hogares durante el 2024 ha generado un buen momento para que los inversores reevalúen sus objetivos y tolerancia al riesgo. Entre las estrategias recomendadas se encuentran los contratos a plazo variables prepagados (variable prepaid forwards) para diversificar posiciones concentradas.
Entre otras opciones para equilibrar y brindar el portafolio de inversión, el banco de inversión propone:
- Renta fija tradicional: (Bonos soberanos, municipales y corporativos investment grade). Es el primer lugar para buscar rendimientos. Los bonos corporativos investment grade siguen ofreciendo rendimientos superiores al 5%.
- Bonos high yield: Podrían ofrecer rendimientos atractivos, superiores al 5%, incluso si se amplían los diferenciales.
- Valores preferentes: Los contribuyentes estadounidenses podrían considerar la posibilidad de invertir en valores preferentes, que pueden proporcionar ingresos fiscalmente eficientes de entre un 6% y un 7%.
- Inversiones ilíquidas: (Préstamos directos, infraestructuras, inmobiliario y financiación garantizada) Pueden ofrecer oportunidades de asegurar ingresos entre un 5% y un 10%, y a menudo presentan correlaciones bajas tanto con las acciones como con los bonos.
Ante la correlación positiva entre renta variable y fija, vulnerables en los últimos años a la inflación, el inmobiliario, las materias primas y las infraestructuras se presentan como otras alternativas en la estrategia de diversificar y proteger el portafolio, al mostrar baja correlación con acciones y bonos.
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La estrategia de hedge funds diversificadas han demostrado su eficacia, superando a la renta fija tradicional por un 20% desde finales de 2020. Se espera que los hedge funds puedan captar más del 80% del recorrido alcista de una cartera 60/40 tradicional. También destacarían los royalties, que ofrecen flujos de efectivo estables y poca correlación con los mercados tradicionales.
“El mensaje que estamos transmitiendo a los inversores es la importancia de encontrar cuál es el objetivo clave para ese efectivo que se convirtió en un activo fundamental en su cartera durante el 2024, qué hará con él, porque también debe entender que conforme las tasas vayan bajando, ese activo ya no va a tener el mismo poder de rendimiento sobre el portafolio”, concluye Nur Cristiani.
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