Hace poco tuve el placer de pasar tiempo con el multimillonario Bhavin Turakhia, un emprendedor que construyó su fortuna solo. Bhavin tiene 39 años, nació en la India en una familia de clase media, y ha construido y vendido dos empresas por más de US$1,000 millones.
Según, un artículo del portal Entrepreneur, en 1998, él y su hermano Divyank lanzaron Directi, su primera empresa de tecnología, con un préstamo que les hizo su padre de US$375. En 2014, vendieron cuatro de sus empresas con presencia digital (BigRock, LogicBoxes, ResellerClub y webhosting.info) al grupo Endurance International por US$160 millones. El siguiente emprendimiento de los hermanos fue una empresa llamada media.net que se vendió en US$900 millones, siete años después de su lanzamiento.
Algo que diferencia a Turakhia de otros emprendedores de la tecnología que operan a esta escala, es que nunca ha obtenido financiamiento externo. Bhavin cree firmemente en autofinanciar un negocio, a menos que sea absolutamente necesario un inversionista. Dice que “cuando realmente crees en el valor de lo que estás haciendo, diluir las ganancias es la forma más cara de crecer”.
Su pasión por dirigir empresas de tecnología es profunda. A pesar de tener más dinero del que muchos emprendedores sueñan, se ha dedicado a tres empresas a las que les entrega su día a día.
Actualmente está desarrollando Flock, una app colaborativa que permite a los equipos coordinar su trabajo y que tiene más de 500,000 usuarios. También es co-fundador de Zeta que ofrece soluciones de software para beneficios fiscales para empleados, cafeterías automatizadas y regalos de trabajadores, y tiene más de 1.8 millones de usuarios. Su tercer emprendimiento se llama Radix, y es el tercer dominio más grande registrado al día de hoy. Radix es dueña y opera dominios y extensiones genéricas de alto nivel como .store, .tech, .online, .website, .site y muchos más.
Bhavin me compartió sus cuatro creencias fundamentales que lo han llevado a un éxito impresionante en diferentes industrias y geografías.
En lugar de enfocarte en lo que la empresa vale para sus inversionistas, Bhavin cree que los fundadores deben enfocarse al valor que le dan a sus usuarios.
En lugar de obsesionarte con las métricas que no le importan a nadie, o en el tráfico o en la cantidad de empleados, él recomienda enfocarte en el puntaje de promotor neto (NPS por sus siglas en inglés), en la satisfacción del cliente y en las ganancias.
Su contexto de haber auto-financiado tantas empresas le da una tendencia natural a asegurar que todos los negocios que hagan felices a sus clientes conseguirán que éstos paguen por el producto.
Advierte que si los emprendedores se enfocan en la valoración, optimizarán todo hacia ese objetivo y pueden perderse del potencial del valor de la creación verdadera. Y al final, eso es lo que determinará el éxito de un proyecto. “La valoración es un efecto secundario, no un objetivo” dice.
Las empresas que tienen una gran inversión desde el principio suelen desperdiciar el dinero en problemas, en lugar de buscar soluciones creativas. El mundo del emprendimiento premia la innovación auténtica que se afina artesanalmente para resolver un problema.
Si tienes mucho dinero, terminas pagando de más por ganar clientes en lugar de encontrar el enfoque que te dé ventaja. Puedes contratar a una agencia para hacer análisis de mercado, en lugar de salir tú mismo e ir cara a cara con tus clientes para entender cosas que la agencia no va a poder ver.
Tener un respaldo económico puede hacer que los emprendedores se pierdan del verdadero problema del mercado. “La adversidad genera innovación. Si un negocio tiene suficiente dinero desde el inicio, tendrá la tentación de desperdiciar dinero en problemas en lugar de investigar a profundidad para encontrar la solución creativa” dice Bhavin.
El siguiente problema también se relaciona con el hecho de tener mucho dinero desde el principio, porque trae la tentación de hacer crecer el equipo rápidamente para que la empresa parezca más grande y exitosa de lo que es, en lugar de mantener un equipo pequeño de calidad que sea mucho más proactivo y comprometido.
La cantidad no sustituye a la calidad. Bhavin cree que puedes tener 100 atletas promedio y ponerlos en un equipo y aún así no estar ni cerca de ganar la medalla de oro.
Cada nueva contratación le agrega complejidad a tu cultura laboral. Cada persona trae consigo un equipaje y una experiencia. Si contratas gente promedio diluirán la atención de las súper estrellas que ya tenías. Las empresas que no tienen mucho dinero deberían reclutar a unas cuantas personas brillantes y entonces tendrán una ventaja sobre la empresa que tiene 100 personas promedio porque expandió su equipo demasiado rápido.
“El éxito es directamente proporcional al nivel de concentración que le pongas a la resolución de un problema” dice Bhavin. Los inversionistas que no tienen el control de la empresa necesitan diversificar los riesgos en muchos negocios, pero los emprendedores necesitan elegir un problema grande y luego dedicarle toda su atención y energía a resolverlo mejor que nadie.
“Una de las cosas que mata más startups es la falta de atención” explica Bhavin. Las startups intentan demasiadas cosas, demasiado pronto, y fracasan en muchas de ellas. Una empresa pequeña no puede ser excepcional en e-commerce, y en hacer pagos, y en redes sociales y en logística. Los emprendedores deben elegir cuidadosamente el problema que tienen mayores posibilidades de resolver y dedicarse a hacerlo.
Bhavin recuerda que cuando era niño su padre les decía a él y a su hermano: “Puedes hacer cualquier cosa a la que le dediques tu tiempo”. Ese sentido de creencia ha dado frutos y Bhavin es muy generoso a la hora de compartir ese mensaje con todos los emprendedores que puede.