FOTOGALERÍA. Para muchas personas, el éxito es sinónimo de riqueza o celebridad. En consecuencia, las bibliotecas y libreros ofrecen miles de libros, estudios y artículos con consejos sobre cómo hacerse rico, según el portal entrepreneur.
Los autores de esquemas para hacerse rico se dirigen a una audiencia creciente que cree que existe un conocimiento oculto sobre la acumulación de riqueza. Los crédulos gastan miles de dólares en la búsqueda de un gurú dispuesto a revelar la fórmula para acumular riqueza. Los autores modernos han inundado los estantes de las tiendas con sus consejos, trucos y secretos, aprovechando la demanda. Sus audiencias pasan por alto la realidad de que el dinero no fluye hacia el comprador de un libro o asistente a un seminario, sino hacia el autor y presentador.
La necesidad de acción
La riqueza no se obtiene leyendo o escuchando pasivamente, sino mediante la acción. El conocimiento es energía potencial o almacenada, esencialmente sin valor hasta que se usa y se convierte en hechos. Las acciones , no los pensamientos , crean riqueza al desarrollar una nueva industria (como Elon Musk) o invertir (como Warren Buffett).
No hay secretos ni atajos para la riqueza (excluyendo el matrimonio con un cónyuge rico). Sin embargo, los que se encuentran en la parte superior de la pirámide financiera suelen exhibir características específicas.
Cuatro rasgos críticos de la creación de riqueza
Los hábitos de aquellos que logran un éxito extraordinario no se heredan sino que se aprenden y practican. Inculcar estos rasgos no es fácil ni difícil, sino deliberado y continuo. Si bien algunos pueden tener tendencias naturales para uno u otro atributo, están disponibles para todos.
La vida cotidiana está llena de distracciones en todos los niveles. Algunos son significativos, pero la mayoría son intrascendentes. El enfoque es la capacidad de establecer una meta y concentrarse únicamente en ella hasta lograrla. La adquisición de riqueza es un viaje de años, si no de toda la vida. Si bien la buena suerte puede afectar la duración del viaje, el regalo de la fortuna repentina se otorga a muy pocos.
La mayoría de las fortunas se construyen lentamente invirtiendo sabiamente una parte de las ganancias de uno. Concéntrese en su destino y evitará perder el tiempo, la energía y el capital de los desvíos, las direcciones equivocadas y el azar. Paul Samuelson, el primer estadounidense en ganar el Premio Nobel de economía, aconseja: “Invertir debería ser más como ver cómo se seca la pintura o cómo crece el césped. Si quiere emoción, tome $800 y vaya a Las Vegas”.
El yin del yang del enfoque es la autodisciplina, que es la capacidad de controlar los pensamientos y las acciones de uno. Algunos también han definido la disciplina como “la capacidad de diferir la gratificación”. La inversión requiere guardar una parte de sus ingresos regularmente para mañana, como negar el placer instantáneo de la compra de hoy. Aquellos que no pueden controlar sus gastos rara vez hacen o conservan una fortuna.
La mayoría de las personas exitosas no son extraordinariamente dotadas ni tienen un coeficiente intelectual de genio, sino personas comunes que aprenden a vincular las acciones de hoy con los resultados de mañana. Parafraseando al humorista Will Rogers, la autodisciplina te permite evitar gastar dinero que no tienes para comprar cosas que no necesitas para impresionar a las personas que no te gustan.
Muchos confunden conocimiento con experiencia. El primero proviene de la lectura y la experiencia; La pericia es la capacidad de utilizar el conocimiento para obtener resultados específicos.
Un ejemplo de la diferencia es la que existe entre un médico y un cirujano. Ambos son médicos, aunque los médicos carecen de la habilidad adquirida durante horas en un quirófano mientras manejan la salud general del paciente. De manera similar, los cirujanos generalmente carecen de las habilidades generales de diagnóstico del médico. Ambas ocupaciones requieren experiencia específica para sobresalir en su profesión. Los expertos reconocen y compensan las posibles complicaciones o fallas, y se ajustan según sea necesario para mantener el rumbo.
Los inversionistas exitosos necesitan conocimiento de tales disciplinas de contabilidad, finanzas y análisis de valores obtenidos a través del estudio. Sin embargo, la pericia se desarrolla a través de la aplicación consistente y objetiva del conocimiento, o lo que los investigadores llaman “práctica deliberada”. Además, requiere práctica en las cosas que no haces bien. Las investigaciones muestran que solo trabajando en lo que no puedes hacer te conviertes en el experto que quieres llegar a ser. Los expertos se hacen, no nacen.
Debido a que el futuro es desconocido, todos los aspectos de la existencia humana conllevan riesgos. Los inversionistas exitosos deben comprender los tipos de riesgos inherentes a la acción y minimizar la probabilidad de que ocurra (frecuencia) y la pérdida asociada con una ocurrencia (magnitud). La filosofía de inversión de George Soros, uno de los inversores más exitosos de todos los tiempos, se centra en las posibles pérdidas de inversión. En sus palabras, “lo importante no es si tienes razón o no, sino cuánto dinero ganas cuando tienes razón y cuánto pierdes cuando te equivocas”.
Los inversores pueden administrar sus inversiones para reducir las pérdidas potenciales al:
El camino hacia la riqueza suele ser largo, lleno de baches y desvíos. Muchos comienzan el viaje y descubren que la búsqueda exclusiva de la riqueza es demasiado exigente y que las compensaciones entre el presente y el futuro son demasiado grandes. En palabras de la autora, artista y poeta Julia Cameron, “Lo que realmente queremos hacer es lo que realmente debemos hacer. Cuando hacemos lo que debemos hacer, el dinero llega a nosotros, las puertas se abren para nosotros, nos sentimos útiles, y el trabajo que hacemos se siente como un juego para nosotros”.