¿Qué está pasando con nuestra economía? Según el Gobierno, a pesar de todo, aún lideramos el crecimiento en Latinoamérica e incluso a nivel mundial estamos bien.
Con las economías más avanzadas, la comparación no es válida, porque economías emergentes, como la peruana, tienen ventajas como, por ejemplo, tecnología más avanzada que pueden adoptar y, sobre todo, por el bono demográfico que tenemos. Y respecto a nuestros vecinos, cuando Chile tenía nuestro ingreso per cápita crecía más rápido.
Si sumamos la fortaleza económica que tiene el Perú, más nuestro estadio de desarrollo (económico) deberíamos estar creciendo a 6% o más, y estamos creciendo alrededor del 2.5%.
¿Por qué ocurre eso?
Porque desde el 2013 el principal motor de la economía, la inversión privada, se cayó y la inversión pública ha sido incapaz de hacer una política contracíclica.
Eso se ve claramente en las tasas de crecimiento de ambas variables. ¿Cómo se explica ello?
Se explica porque el Gobierno tiene dos problemas: el Estado no está funcionando. Primero porque desde el 2004, digamos la burocracia se ha vuelto más compleja, los trámites se han vuelto inmanejables y, además, hemos perdido control del territorio con la descentralización.
¿Es malo para el crecimiento de la economía la descentralización?
No, por el contrario, yo creo que la descentralización es muy positiva para el crecimiento, el problema es que no se han respetado las leyes de desarrollo constitucional del mandato de descentralizar.
(Adelantar las elecciones generales) es el despropósito más grande que he visto en la historia política del país. ¿Qué va a resolver? Nada.
¿Podría explicar este último punto?
En vez de hacer ese proceso como la ley manda, de manera gradual, certificando competencias a los gobiernos subnacionales, antes de entregarles las competencias, se les han dado estas sin lo primero. Pero eso no es problema de la ley de descentralización. La ley es muy buena, pero por puro populismo (el gobierno de) Toledo lanzó este proceso y (Alan) García culminó el desastre.
La consecuencia es que el Perú está funcionando ahora como un país desmembrado y caótico, porque, por un lado, los entes rectores nacionales (ministerios, organismos reguladores) no están cumpliendo su función, han abdicado de sus funciones por temor al poder regional, que es ilegal.
¿Por qué ilegal?
Porque los gobiernos regionales no tienen competencia sobre los recursos del subsuelo, o sobre la mediana ni gran minería, con el agua, entre otros. Y, sin embargo, disponen de ellos, pueden bloquear proyectos de inversión y eso frena el crecimiento de la economía.
Algunos afirman que son los factores externos los que han frenado el crecimiento de nuestra economía…
Evidentemente ha habido factores negativos en el ámbito internacional, pero el precio del cobre hoy día es más alto que cuando nuestra economía crecía 8%.
El problema es que el Estado no funciona y cuando se trata de crear las condiciones para generar riqueza, no solo abdica de sus funciones en su relación con los gobiernos regionales y locales, sino que cuando se relaciona con la inversión privada, todas las señales que da son para trabarla. Y a eso hay que sumarle la desconfianza, porque hoy día no se ve liderazgo, no se ve un norte.
Las apresuradas elecciones que propone (el presidente Vizcarra) completan el escenario perfecto para el cambio definitivo: la abolición del régimen económico.
¿Y desde cuándo tenemos este problema?
Hace ya un tiempo, pero yo diría que en los últimos cinco años ha empeorado.
¿Por qué?, ¿hemos perdido el rumbo, cuando en un momento se habló incluso del ‘milagro económico peruano’?
En primer lugar, todo se descarriló con (el Gobierno de) Humala, porque su mentalidad era estatista y producto de ello tenemos, por ejemplo, una refinería de Talara que tiene que importar todo lo que refina. Y si el argumento era el tema del sulfuro, la pregunta es por qué La Pampilla invirtió US$ 600 millones para solucionar ese problema, mientras que el Estado tendrá que invertir más de US$ 6,000 millones. Y además está la desconfianza que generó toda esa mentalidad estatista de Humala. Luego tuvimos la elección de PPK y Fuerza Popular no pudo soportar perder la elección y empezó a poner problemas. Por su parte, PPK no pudo enfrentar eso, y en vez de dialogar –no tuvo un equipo que lo apoyara en eso– entró a la confrontación, y desde entonces el Perú está trabado políticamente, burocráticamente (trámites y regulaciones) y está atemorizado en toda su burocracia.
Entonces, no tenemos Estado y en esas circunstancias hoy se añade el despropósito de llamar a adelanto de elecciones.
Mi predicción es que no van a cerrar el Congreso, que antes de eso, antes de plantear el cierre del Congreso, va a renunciar el 90% de sus ministros.
Pero se pensó que con la asunción de Vizcarra se habría entrado a un periodo de más tranquilidad. ¿Por qué cree que no ocurrió?
Porque no tiene el perfil y, segundo, porque no ha tenido un equipo. Vizcarra llegó y estaba buscando ministros y las personas que lo acompañan, salvo excepciones, no son idóneas para el puesto.
Pero esas personas están ahí porque ocuparon un espacio vacío. ¿Por qué gente más capaz no acompañó a Vizcarra?
Porque todo se había politizado y había mucho riesgo.
¿Entonces, lo que dice es que estas personas y grupos que rodean al presidente aprovecharon ese vacío?
El presidente Vizcarra está capturado básicamente por tres conceptos. Primero, porque cree que la política es todo; segundo, porque cree que la popularidad es un bien en sí mismo y no un medio para poder gobernar y, tercero, por hacer caso a ideologías obsoletas que ya demostraron que no funcionan.
Y lo más grave es que todo esto está sucediendo en un país como el Perú, que es el que mejor macroeconomía tiene en toda Latinoamérica.
(En este escenario en que no se cierra el Congreso, la economía del país ) va a quedar en una tranquila calma ‘chicha’ que va a atrasar al Perú más.
No tendríamos que estar en este estancamiento...
No, hoy Argentina se debate entre una depresión, desempleo y pobreza masivos, y una hiperinflación galopante. En cambio, el Perú cuenta con reservas, es una economía abierta al mundo, tiene mercado, empresarios y acceso a los capitales mundiales. Entonces, es imperdonable que el Perú esté creciendo a 2.4% cuando el crecimiento del producto potencial hace ocho años era de 6% y hoy es 3.5% y ni siquiera vamos a crecer a esa tasa.
¿Qué variables están detrás de este magro crecimiento?
La caída de la inversión es una de ellas. La inversión total del Perú llegó a ser el 29% del PBI, es decir, casi niveles asiáticos. Y ahora está en 23%. Si ese 29% fuese el nivel de la inversión ahora y creciera 10% al año, contribuiría al crecimiento del PBI en 2.9 puntos porcentuales; solo esta variable, sin hablar del consumo, de las exportaciones. Y la caída se ve tanto en la inversión privada como en la pública.
¿Y por qué cae la inversión?
Porque hay absoluta desconfianza (en el inversionista privado); hay incapacidad para sacar adelante los proyectos de inversión minera, los megaproyectos. Por no atacar por cuerdas separadas la corrupción de Odebrecht y compañía se ha caído la inversión en grandes proyectos públicos. Sin embargo, por ejemplo, en el Metro de Quito, que lo ha hecho Odebrecht y otra empresa, que empezó después que la Línea 2 del Metro, ya terminó y ahora va a construir el segundo ramal.
En cambio, acá creen que atacando a las empresas peruanas ya solucionaron el problema, cuando en las regiones (las obras) están llenas de empresitas extranjeras supercorruptas.
Pero no solo se ha afectado la confianza de la inversión privada sino también el consumo privado.
(El adelanto de elecciones) aumenta la incertidumbre de lo que pasará en el 2021. No solo ha parado las inversiones ahora, sino que ha aumentado el riesgo futuro.
Y esa variable es más importante porque pesa como 65% del PBI…
Así es, si algo negativo le pasa a esta variable se va a caer todo (el crecimiento del PBI). Ya empezó a caer, va a pasar de crecer a tasas mayores al 10% en el 2010, a 2.5% (en el segundo trimestre de este año). Entonces, no hay mucho misterio de por qué la economía peruana crece solo a 2.4% ahora. El Perú está sin gobernantes, sin burocracia (eficiente). Nadie está comprando casas, autos.
Y todo este panorama de postración económica se ve agravado más por el enfrentamiento político actual…
Es lo peor que puede ocurrir. Todo el mundo ya está hablando del fin del milagro económico peruano…
Y en este contexto surge el planteamiento del presidente Vizcarra de adelantar las elecciones generales. ¿Qué opinión general le merece?
Es el despropósito más grande que he visto en la historia política del país, que recuerdo. ¿Qué va a resolver? Nada.
El presidente Vizcarra ha dicho que es el único medio para sacar a la economía de su estancamiento…
Eso es totalmente falso. Lo que realmente está impulsando el presidente, quizás ingenuamente, es un salto al vacío. Como lo he dicho en una columna, junto con la forma pródiga en que se viene modificando la Constitución, las apresuradas elecciones que propone completan el escenario perfecto para el cambio negativo y definitivo: la abolición del régimen económico constitucional que terminó con aquel populismo peruano que robó tres décadas al progreso de la nación y acarreó la multiplicación de la pobreza.
Es lo peor que ha podido hacer el presidente, porque en primer lugar ha dado alas a la gente que quiere cambiar lo único que mejoro al Perú: el régimen económico.
Pero si se diera el escenario de elecciones adelantadas, ¿cómo ve ese proceso?
Primero, la pregunta es con qué reglas se daría. Sería con las mismas que rigieron las anteriores (las nuevas no regirían), excepto que se podrán formar partidos y se va a tener un número alto de estos (30 o 40) porque no habrá elecciones primarias. Es decir, más dispersión de partidos. Es una cosa de locos, más incertidumbre.
Y encima existe la posibilidad de que se cierre el Congreso, si no aprueban el adelanto de elecciones…
Mi predicción es que no van a cerrar el Congreso, que antes de eso, antes de planear el cierre del Congreso, van a renunciar el 90% de sus ministros porque ya sabemos lo que va a pasar (si acompañan ese cierre): van a ir a la cárcel. No va a cerrar el Congreso.
¿Y cómo va a quedar la economía en este escenario que usted prevé?
Va a quedar en una tranquila calma ‘chicha’ que va a atrasar al Perú más hasta el 2021.
En su opinión, ¿cuál es el impacto en la economía si se aprueba el adelanto de elecciones? El Gobierno dice que ninguno y que los que predicen efectos negativos, en realidad hablan del efecto de un golpe de Estado cuando no hay tal golpe…
Para empezar, las elecciones apresuradas aumentan la incertidumbre acerca de lo que va a suceder en el 2021. Es decir, no solamente ha parado las inversiones ahora, sino que ha aumentado el riesgo futuro de tener peores parlamentarios y de un presidente antisistema, de derecha o de izquierda, que va a ahuyentar las inversiones aun, más, y va a detener el crecimiento de la economía.
¿Qué aconsejaría al presidente Vizcarra para sacar a la economía de su estancamiento?
Primero, que sopese la crisis política que ha creado la clase política, porque no ha sido solo él, con el atraso que va a crear una economía peruana creciendo a solo 2.5% anual, ya que con ello habrá 100,000 empleos menos y 300,000 personas más lanzadas a la pobreza (cada año). Segundo, si tiene planes como el de infraestructura, que hable de eso. Y si tiene un plan político, que retorne a su idea de la bicameralidad.
Asumiendo que se opte por un camino de solución correcto, ¿en cuánto tiempo estima que la economía volvería a crecer a tasas de 6%?
Creo que ahora hay que sembrar las bases para empezar a crecer en el año del bicentenario a niveles de 4% y más. Y lo primero es terminar con la crisis política; segundo, arreglar los temas que están parando la inversión. Uno de ellos es el conflicto social, cuyas causas son sencillas: ausencia del Estado; falta de información adecuada a las comunidades, se le ha dejado campo libre a un movimiento antiminero chiquito.
Y los beneficios de la minería, el canon no ha sido gastado en lo que debería, ha sido malgastado. Además, solo en el 2018 los pagos de las mineras, distintos al Impuesto a la Renta, por regalías y por el gravamen especial, fue de S/ 2,100 millones, 6.5% de la recaudación total del Impuesto a la Renta.
Tendría también que anunciar una revalorización del proceso de regionalización que incluya certificación de competencias e incentivos muy fuertes para la conformación de macrorregiones (económicas).