GSK anunció que convertirá su brazo de atención médica al consumidor en una compañía separada con operaciones en bolsa, una medida que generará una ganancia inesperada de 8,000 millones de libras esterlinas (US$ 11,000 millones) y otros beneficios financieros para su negocio de fármacos de menor rentabilidad.
Los inversores han estado esperando los detalles de la separación, que se dio a conocer por primera vez en diciembre del 2018 cuando GSK acordó crear una empresa conjunta con Pfizer para marcas de consumo como la pasta de dientes Sensodyne y los analgésicos Advil.
La división planificada para mediados del próximo año permitirá a GSK concentrarse en su negocio principal de medicamentos y vacunas, que se ha visto afectado por la falta de productos de rápido crecimiento y los pacientes que postergan los tratamientos debido a la pandemia de COVID-19, lo que ha afectado sus acciones.
A pesar de ser el mayor fabricante de vacunas del mundo por ventas, GSK también ha sido superado por empresas como Pfizer, Moderna y AstraZeneca en la fabricación de una vacuna COVID-19.
“Soy muy consciente de que las acciones de GSK han tenido un rendimiento inferior durante un largo período”, dijo la presidenta ejecutiva Emma Walmsley y agregó que permanecerá al frente del negocio farmacéutico y de vacunas llamado New GSK.
La presión ha aumentado sobre la CEO luego de un informe en abril que reveló que el fondo activista inversor Elliott tomó una participación multimillonaria en GSK.