CropLife Latin America, una organización internacional sin ánimo de lucro, alertó de que el comercio ilegal de insumos agrícolas es un delito transnacional que atenta contra la salud, la economía y el medio ambiente, por lo que llamó a las autoridades a emprender acciones más firmes para combatirlo.
El presidente de esta gremial internacional y vicepresidente de BASF, Sergi Vizoso-Sansano, recordó que, según cálculos de la Agencia de Naciones Unidas contra el Crimen Interregional (Unicri), más del 20% de los insumos agrícolas utilizados en el mundo son ilegales.
“El tema de comercio ilegal de insumos agrícolas es un problema mundial, es un delito no sólo económico, también atenta contra la salud y contra el medioambiente”, aseguró.
Vizoso-Sansano valoró los esfuerzos de las autoridades de los países para ponerle freno a la falsificación, adulteración y el contrabando de agroquímicos.
Recordó que, por ejemplo, en Colombia a comienzos de este mes se realizó una operación con el Ejército, la Fiscalía y autoridades sanitarias que permitió desvertebrar una banda criminal que comercializaba insumos agrícolas adulterados o falsificados.
Los 10 detenidos en esta acción serán procesados por concierto para delinquir, fabricación y comercialización de sustancias nocivas para la salud y usurpación de derechos de propiedad intelectual.
Igualmente, en la última semana en Bolivia las autoridades se incautaron de insumos agrícolas caducados que se vendían como legales, mientras que en Argentina se publicó una guía para que distribuidores y agricultores identifiquen estos productos ilegales.
“La fiscalización juega un papel importante para combatir el comercio ilegal de agroquímicos, los criminales que hacen eso, saben muy bien que lo que están haciendo es una práctica ilegal, y por ello se debe tratar como un delito, y las autoridades tendrían que tomar una posición mucho más firme”, remarcó Vizoso-Sansano.
Común denominador
Para identificar las formas de quienes adulteran, falsifican o contrabandean agroquímicos CropLife promueve entre las distintas autoridades las guías de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
La mayoría de las veces esas organizaciones delictivas actúan como la desmantelada en Colombia, ingresando las sustancias químicas de contrabando por fronteras, en bodegas donde las mezclan con distintos químicos, las envasan y rotulan como herbicidas, fungicidas e insecticidas.
Para moverlas dentro del país y comercializarlas las transportan en autobuses intermunicipales como encomiendas y se entregan a domicilio.
También tiene la capacidad de fabricar etiquetas y empaques y son significativamente más baratos que los comercializados legalmente.
CropLife, que desarrolla una campaña para visibilizar el comercio ilegal de agroquímicos, recomienda que para hacerle frente a este crimen transnacional los países deben tener autoridades especializadas para combatir estas prácticas que atentan contra la salud, la economía y el medioambiente.