Los motores de la economía peruana
Cualquier economía tiene cuatro motores: el consumo privado, el gasto público (consumo público más inversión pública), la inversión privada y las exportaciones. Cuando una empresa pequeña, mediana o grande, señala que “no le va bien porque no le están comprando”, se está refiriendo a alguno de los motores señalados. Imaginemos que usted tiene un pequeño restaurante; mejorar sus ventas significa que las personas aumentan sus gastos de consumo en su negocio; si tiene, por ejemplo, una pequeña distribuidora de cemento, dirá que le va bien si le compran más cemento; en ese caso quien le compra no será un consumidor, sino un inversionista. Por último si usted tiene como mercado el exterior, digamos vende cacao a Suiza, la evolución de su empresa dependerá de que los compradores suizos mantengan y/o eleven sus compras.
Por lo tanto, es posible identificar a los motores de una economía como los distintos tipos de gasto que se pueden hacer. Cuanto más se gaste, mayor incentivo a producir más y por ende a generar empleo. Veamos cómo se mueven los componentes del gasto en la economía peruana.
El principal es el consumo privado, es decir, nuestros gastos diarios. En 2017 aumentó 2.5% y en el tercer trimestre de 2018 en 3.3%. La cifra promedio de los últimos diez años es 3.2%. Esto significa que los gastos de consumo deben aumentar más. Esto se logra aumentando la inversión privada (la pública representa solo 20% del total de la inversión). De esa forma crece el empleo, los ingresos y por lo tanto el consumo. Sin embargo, la inversión privada aumentó sólo 0.2% en 2017 (luego de tres años de caída), mientras que en el tercer trimestre de 2018 solo lo hizo en 1.4%. Ahí hay un problema.
El consumo público cayó -0.2% en 2018 y -1.8% en el tercer trimestre de 2018. La inversión pública disminuyó -2.3% y -1.6%, respectivamente. El Estado tiene un problema de exceso de gastos sobre ingresos, por lo que no puede ser el motor de la economía, porque para hacerlo habría que elevar el gasto público y ello supondría endeudarse más. Las exportaciones sí han sido un motor encendido. En 2017 crecieron 7.8% y en 2018, 8.1%. Cierto que este último crecimiento estuvo basado en precios, pues del total y de acuerdo con el banco central, solo 1.5 puntos de ese total fueron volumen. Cierto también que las exportaciones no tradicionales mostraron un aumento de 13.2%, lo que es una buena noticia. No debemos olvidar que del total exportado, el 73% corresponde a las tradicionales, es decir, minería, pesca e hidrocarburos. Las no tradicionales son agroindustria, textiles, calzado, joyería, etc.
Ese es el panorama al tercer trimestre de 2018. Si el 66% del total de la demanda interna es consumo privado, no cabe duda que por ahí está la salida para empujar hacia adelante a la economía peruana. Sin embargo, para que ello ocurra, antes debe elevarse la inversión privada, que es la fuente del mayor consumo. Por lo tanto, la pregunta que debemos hacernos es la siguiente: ¿cómo elevamos la inversión privada? No es fácil la respuesta, pero sin duda alguna, la coyuntura política y la seguridad jurídica juegan un rol. El marco institucional es clave.