¿Aumentar los impuestos o bajar el gasto público?
La decisión del gobierno de elevar el impuesto selectivo al consumo a algunos bienes se realizó con el objetivo de aumentar la recaudación tributaria. En el caso del combustible, coincide con la subida del precio del petróleo que en lo que va del año, ya fue de 20%. Esto significa que igual iban a subir de precio los combustibles. Entonces, ¿por qué se puso el impuesto? ¿Era el momento? Desde un punto de vista político no lo era, pues la población iba a culpar al gobierno por el aumento en los precios del combustible, transporte y como consecuencia alimentos y otros. Tal como ha ocurrido.
Dicho esto, ¿no será que era una urgencia hacerlo? Veamos algunos datos. Desde el último trimestre de 2014, el gobierno experimenta un déficit fiscal, que aparece cuando los gastos del gobierno superan a sus ingresos. En el primer trimestre de 2018, los ingresos públicos ascendieron a 18.2% del PIB. De ese total, los tributarios ascendieron a 13.6% del PBI, una cifra que si bien es cierto es mayor que cuatro trimestre previos, es muy baja con relación al promedio de América Latina (22%). Entonces, la primera clave es que existe la necesidad de elevar la recaudación.
Vamos a los gastos. Mientras que en el primer trimestre de 2017, el gasto público fue de 19.7% del PBI, un año después alcanzó 20.0%. De ese total, el gasto corriente se elevó en el mismo período de 15.0% a 15.4% del PBI. Por su lado, el gasto de capital o inversión pública se redujo de 4.7% a 4.6% del PBI. Seamos claros. La segunda clave está en bajar el gasto corriente, que entre otros rubros incluye la planilla del gobierno y aquellos gastos que no representan inversión.
El Presidente del país nos pide austeridad. Estoy de acuerdo, pero ¿por qué aumentó el gasto corriente en el primer trimestre de 2018? El gobierno tiene que reducir el gasto corriente y aumentar la inversión pública. La austeridad significa dejar de comprar televisores y flores. De lo contrario es fácil pedir austeridad sin que se predique con el ejemplo. El congreso no entiende que la política en gran parte es un tema de gestos. Todos los congresistas defendieron la compra por dos razones: en primer lugar, ya estaba presupuestado y en segundo lugar, tienen que ver noticias.
Imagine usted, estimado lector, que tenía presupuestado salir de viaje. Sin embargo, a pocos días de salir, experimenta una urgencia. ¿No es verdad que en ese caso dejaría el viaje por atender la urgencia? ¿Es acaso que el presupuesto es fijo y no se puede cambiar? Además, ¿No pueden ver las noticias por internet? Todos tenemos que ver noticias, pero las leemos por la web.
Ustedes pueden pensar que el gasto descrito no es significativo. Puede ser; pero muestra una tendencia grave que es la absoluta desconexión del poder legislativo con el común de los ciudadanos, que está obligado a ser más austero. Por eso su nivel de aprobación seguirá disminuyendo.
Mi posición es la siguiente: en primer lugar, la recaudación tributaria, como porcentaje del PBI, viene cayendo. La pregunta es por qué. Y la respuesta está relacionada con la perforación del sistema tributario en los últimos años. Eso hay que corregirlo. En segundo lugar y a mediano plazo, aumentar la base tributaria, de modo que todos los que deban pagar impuestos, lo hagan. En tercer lugar, bajar el gasto corriente. Fusionar ministerios puede ser una opción para desburocratizar el aparato público. La austeridad debería ser la norma de cualquier empleado público, sin importar su nivel. No todo aumento de recaudación debe venir por más impuestos.