Reporte Global de Competitividad 2016-2017, ¿cómo estamos?
Hace unos días el Foro Económico Mundial publicó el “Reporte Global de Competitividad 2016-2017”. La competitividad es definida como el “conjunto de instituciones, políticas y factores que determinan el nivel de productividad de una economía”. El reporte arroja un ordenamiento de 138 países, de más a menos competitivo.
Los diez primeros lugares del ranking corresponden a los “sospechosos usuales”: Suiza, Singapur, Estados Unidos, Países Bajos (Holanda), Alemania, Suecia, Reino Unido, Japón, Hong Kong y Finlandia. El latinoamericano mejor ubicado es Chile en el puesto 33, seguido por Panamá en el 43, México en el 51, Costa Rica en el 64, Colombia en la casilla 61 y Perú en el puesto 67.
En buena cuenta, estamos a mitad de tabla. Cuando observamos el desagregado por variables, donde estamos peor ubicados es en el rubro “instituciones” (lugar 106 de 138). Y dentro de “instituciones” destaca lo siguiente: protección de la propiedad intelectual (puesto 100), confianza pública en los políticos (123), independencia del poder judicial (103), favoritismo en las decisiones de funcionarios públicos (100), mal uso de los recursos públicos (112), eficiencia del sistema legal para la resolución de disputas (129), crimen organizado (131) y confianza en la policía (129). No es posible mejorar como sociedad si no se enfrentan estos problemas. Tampoco puede funcionar el libre mercado de manera correcta. Es urgente la reforma institucional.
Pero no todo queda ahí. En el segundo pilar, “infraestructura”, el asunto no es mucho mejor. Algunos indicadores y posiciones (siempre sobre 138 países) son: calidad de las carreteras (110), ferrocarriles (91), puertos (88) y aeropuertos (80). Otro pilar es “educación primaria y salud”. Destacan la incidencia de tuberculosis (97), mortalidad infantil (74) y calidad de la educación primaria en la casilla 131 de 138 países evaluados. En “educación terciaria”, es decir, superior, el tema es casi igual, pues nos ubicamos en el lugar 127 en la “calidad del sistema educativo superior”.
En el pilar “entorno macroeconómico” aparecemos mejor, pues nos encontramos en el puesto 33. Sin embargo, como podemos ver, de poco sirven las variables macroeconómicas si estas no se reflejan en una mejora en el bienestar de la población. Más aun, en otros pilares, como el tiempo requerido para iniciar un negocio estamos en el puesto 109 y en capacidad de innovación en el lugar 111.
Está claro que existen muchas razones para estos resultados poco alentadores. Debemos reconocer que no es fácil “voltearlos” en cinco años, pero por lo menos, sí deberíamos ver señales de mejoras. Sin una buena educación y salud en todos sus niveles, infraestructura adecuada y un marco institucional creíble y eficiente es poco lo que podemos esperar.