El Marco Macroeconómico Multianual 2017-2019
El pasado 26 de agosto el consejo de ministros aprobó el Marco Macroeconómico Multianual 2017-2019 (en adelante MMM). El MMM se presenta dos veces al año y contiene las proyecciones macroeconómicas oficiales para dos años. Algunas del reciente MMM son las siguientes:
- Crecimiento de 4% para 2016, basado en la minería y la inversión pública, aunque la recuperación es inestable. La única forma de estabilizar el crecimiento es a través de aumentos sostenidos en la inversión privada. Está claro que ante un contexto internacional incierto de caída de precios de materias primas, no es posible sostener el crecimiento solo con la inversión en minería, sino que se requiere de otros sectores.
- La apuesta para 2017 es una recuperación de la inversión privada basada en “la confianza empresarial doméstica, destrabe de proyectos de infraestructura, mayor liquidez mundial, bajos costos financieros y menores presiones depreciatorias”. Como consecuencia la inversión privada aumentará 5% y 5.5% en 2017 y 2018, luego de tres años de caída. Note, estimado lector, los supuestos.
- Luego del explosivo crecimiento del gasto corriente del gobierno previo (por encima de 6% anual), ahora se proyecta un aumento de 3% y 3.5% para 2017 y 2018, respectivamente.
- El PBI aumentará 4.8% y 4.3% en 2017 y 2018.
- No habrá un ajuste fiscal “abrupto” para cerrar el déficit fiscal, sino que disminuirá de manera gradual, priorizándose el crecimiento de la inversión pública sobre el gasto corriente. Para 2017 se espera un déficit fiscal de 2.5% del PBI desde el 3.0% esperado para este 2016.
Un primer punto está relacionado con el ritmo de reducción del déficit fiscal: al no plantearse un ajuste “de una sola vez”, la reducción paulatina del mismo, implica un aumento de la deuda pública, que en 2021 alcanzaría a representar 27% del PBI, de 20% del PBI este 2016. En otras palabras, el gobierno tomará deuda para financiar un exceso de gastos sobre ingresos que se mantendrá durante los siguientes cinco años. Quedaría descartada la reducción del IGV.
Entiendo que políticamente es difícil ajustar los gastos corrientes para equilibrar la posición fiscal. La herencia del gobierno previo es pesada, pues en lugar de aumentar la inversión pública, hizo crecer el gasto corriente. De ahí que no sorprenda que varios ministros hayan aparecido con cifras del enorme crecimiento del personal trabajando para sus ministerios, entre 2011 y 2016. Haber hecho eso en un contexto de caída de ingresos tributarios debido al menor crecimiento es, cuando menos, una irresponsabilidad.
Un segundo punto está vinculado con la brecha externa; solo con el objetivo de simplificar, la brecha nace cuando el país importa más que lo que exporta (además se incluye el pago de intereses de la deuda, entre otros). Se exporta menos por el lento crecimiento de la economía mundial. El elemento, digamos natural, para reequilibrar la balanza comercial es el aumento el tipo de cambio algo que no ocurre al menos por dos razones: en primer lugar, el exceso de liquidez mundial (muchos dólares en el mundo) y en segundo lugar, por el grado de dolarización financiera: créditos en dólares otorgados a personas que obtienen sus ingresos en soles. Una elevación en el tipo de cambio traería problemas, tanto a las personas que no podrían pagar como a los bancos, por la misma razón.
Un tercer punto está vinculado a las reformas estructurales, de cuya implementación depende el crecimiento del PBI potencial. El objetivo es lograr 5% anual en el mediano plazo y no 4% como es ahora. La principal son las ganancias de productividad basadas en una mayor formalización.
Se trata de un documento bien redactado y fundamentado. Mi única sugerencia es listar y explicar cuáles son las reformas estructurales y en especial cómo se van a implementar. El MMM asume que el lector sabe cuáles serán las reformas y me parece básico diferenciarlas de las medidas de reactivación de corto plazo.