¿Qué significa reactivar por demanda?
Uno de los principales objetivos del gobierno actual es reactivar la economía por el lado de la demanda. Varias de las herramientas, como la reducción de impuestos, están contenidas en los paquetes reactivadores. Se señala que la reactivación ocurrirá porque la gente tendrá más dinero disponible para gastar y el mayor gasto incidirá en una mayor producción. Antes de emitir juicios de valor respecto de cómo reactivar, es preciso comprender con claridad algunos términos que usan los economistas. En primer lugar, la demanda tiene dos grandes componentes: la demanda interna y la demanda externa, es decir, nuestras exportaciones. En segundo lugar, dentro de la demanda interna existen cuatro componentes: el consumo privado, el consumo público, la inversión privada y la inversión pública. Los aumentos en cualquiera de ellos elevan el PBI y por ende reactivan la economía. Por lo tanto, hablar de reactivar abre el abanico de cinco opciones que no son excluyentes entre sí.
Sin embargo, es crucial tener en cuenta los límites de utilizar cualquier combinación de cada una de ellas. Un aumento del consumo público o de la inversión pública está limitado por la brecha fiscal. Como consecuencia de los paquetes reactivadores se espera una brecha fiscal estimada en 2% del PBI para 2015, por lo que un aumento de ellas, implicaría en principio elevarla y por ende habría que financiar la diferencia con mayor endeudamiento. Quienes sostienen que este es el camino aluden a que el mayor PBI generado aumentaría la recaudación fiscal, por lo que más adelante la brecha se cerraría. El problema con esta alternativa es que la vía mencionada efectivamente se cumpla. No hay que olvidar que en un mundo globalizado, el problema de una mayor brecha fiscal deteriora la percepción externa (resumida en lo que se conoce como riesgo país), y ello incidiría en mayores dificultades para atraer capital externo. Uno podría preguntarse, ¿por qué atraer capital externo?; la respuesta está en el bajo nivel de ahorro interno del Perú; con los niveles que tiene necesita de capitales externos para poder crecer a tasas mayores que 5% anual, que en última instancia es la única forma, no solo de generar empleo, sino también de lograr los niveles de recaudación tributaria necesarios para implementar las políticas sociales.
La alternativa es reactivar por inversión privada; la experiencia internacional demuestra que es la única manera de lograr un crecimiento sano y sostenible; pero, ¿cómo hacer para aumentar la inversión privada?. Algunos sostienen que la forma es simplemente esperar; pero ello no es así; basta pensar en lo que requieren los inversionistas privados, sean nacionales o extranjeros para implementar sus proyectos de inversión. Aquí entran en juego dos variables: por un lado, la necesidad de un marco jurídico estable y predecible para disminuir la incertidumbre, que hace que el inversionista postergue sus decisiones. Por otro, se requiere de financiamiento, es decir, dinero fresco para hacer empresa. Estas dos condiciones no son simples ni rápidas de lograr; más aún en un contexto internacional “mediocre” para 2015. Se espera suba la tasa de interés de los Estados Unidos a fines del primer semestre de 2015. Sin embargo, debe trabajarse en ello, pues no existe país alguno que haya podido crecer de manera sostenible sin aumentar la inversión privada. Mientras tanto, aumentar la eficacia y eficiencia de los programas sociales es clave. El gobierno tiene la palabra, a pesar que 2015 es un año prelectoral. No olvidemos que los motores del crecimiento económico peruano son la inversión privada y las exportaciones, ambas estancadas en 2014; es el precio de no haber hecho reformas en la época de bonanza de la economía (2003-2011). La complacencia nos pasa la factura.