La pandemia, las protestas y ahora los estragos de los desastres naturales, impactan en las expectativas de crecimiento de los negocios. En el marco del , ¿en tiempos de crisis la única salida es tener un plan de retiro del mercado?

Omar Rosales, decano de la escuela de Negocios de la Universidad Científica del Sur, comentó a que hay muchas cifras que ayudan a entender que la etapa crucial donde uno debe tomar riesgos calculados, pero sí o sí debe tomarlos, es en el primer año. Por ejemplo, 8 de cada 10 negocios que se crean en el Perú no sobreviven más dos años en el mercado, “esto implica que lo que se decida en el primer año va a impactar directamente en los resultados del segundo, que es donde se define si formas parte de los que sobreviven o no”.

Resaltó que, según INEI, y su informe de Demografía Empresarial en el Perú, si bien el número de empresas que se dieron de alta se mantuvo entre el año 2021 y 2022, el número de empresas que se dieron de baja en el mismo período creció 500%. “El año 2022 debe haber sido el año del cierre de muchos negocios que abrieron a inicios de la pandemia”.

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Para Angélica Vargas, responsable del Centro de Innovación de Tecsup, algunos factores -como el sector o rubro elegido- pueden influir en la velocidad de despegue de un negocio.

“Algunos negocios pueden tardar más tiempo en despegar debido a la naturaleza del producto o servicio ofrecido, es por ello que antes de lanzarnos a invertir es importante conocer y comprender bien el sector y su comportamiento. Asimismo, conocer si el mercado está copado o no de competidores, e identificar las barreras de entrada existentes será también primordial”, dijo.

En la misma línea, Alejandro Ruiz Lara, alumni de EAE Business School del Máster en Project Management, señaló qué el tiempo necesario para alcanzar la rentabilidad en una compañía y el margen de beneficio medio son datos muy subjetivos y dependientes del modelo de negocio en el que trabajes.

“Por ejemplo, empresas de e-commerce que se dedican a la venta de productos de segunda mano no tiene para nada el mismo margen de beneficio y potencial de rentabilidad que empresas SaaS, empresas que desarrollan su propio software para resolver algún problema concreto de una industria. En este último, por ejemplo, un margen de entre un 60%-90% es totalmente viable y esperado. Mientras que en el primer caso, difícilmente será superior a un 30%”, detalló.

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¿Puedo medir el impacto de mi estrategia?

Para Rosales, es recomendable esperar un año para analizar el resultado de las estrategias de negocio implementadas.

“En un primer año lo recomendable es monitorear los resultados de manera mensual, y hacer ajustes en las estrategias cada tres meses. Esto les permitirá a los corregir las estrategias o buscar unas nuevas. Llegado el año ya se podrá hacer un balance de los resultados logrados y evaluar el rumbo del negocio para el segundo año”, sostuvo.

¿Cuánta es la rentabilidad mínima esperada que puedo esperar obtener a mediano plazo para ver si mi negocio será sostenible? Si bien no hay un número preciso, mencionó el decano de la escuela de Negocios, un empresario debe lograr que su rentabilidad sea mayor a la que le proporciona invertir el mismo capital o patrimonio en un producto de ahorro en una entidad financiera, por ejemplo, hoy un depósito a plazo fijo rinde entre 8% a 9%.

“Una medida recomendable para temprano es el ROI o retorno sobre la inversión, donde se debe calcular si la rentabilidad obtenida en un período de tiempo es mayor al capital invertido en el mismo período, bien sea este obtenido por capital propio y/o con financiamiento de terceros”, precisó.

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¿Cuánto esperar? la responsable del Centro de Innovación de Tecsup indicó a gestion.pe que acumular dos meses con ganancia mínima no necesariamente significa que nuestro negocio no pueda ser sostenible ya que la velocidad de despegue dependerá de distintos factores.

“Existen negocios que incluso podrían tardar más de un año en obtener ganancias o recuperar la inversión inicial. Sin embargo, si el sector elegido fuera uno de recuperación relativamente rápida, y nosotros no logramos alcanzar las metas trazadas, esto podría ser una señal de que requerimos realizar algunos ajustes en la estrategia”, precisó.

¿Un plan que considere impactos como la inflación?

Para Vargas, de Tecsup, un sólido, bien diseñado y validado, contribuirá a que nuestro negocio pueda despegar más rápido, “ya que nos permitirá analizar y definir aquellos factores clave a considerar, y a partir de allí desarrollar un plan de acción claro y efectivo”.

“Los recursos económicos disponibles para invertir en un negocio también será clave ya que dependiendo del negocio o de la sofisticación del producto o servicio brindado, algunos requerirán mayor nivel de inversión para acelerar el crecimiento o despegue. Por otro lado, el equipo humano a cargo, también repercutirá directamente en una adecuada gestión del negocio, por ende la velocidad de despegue”, señaló.

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Andrés Uribe, director de Finanzas, Inversiones y Tesorería de Mapfre resaltó que las crisis también han generado oportunidades para otros tipos de negocios, como el comercio electrónico, la salud y la tecnología. No obstante, sugirió contar con un plan de negocios que contemple los impactos de la coyuntura y de la inflación sobre el mercado objetivo del emprendimiento.

“Es importante que tu plan proyecte la cantidad de capital, deuda y liquidez que va a requerir tu proyecto. Esto ayudará a evitar invertir en ideas que no sean tan buenas o que requieran una inversión más grande del dinero que se tiene en mano”, dijo.

“Actualmente, los mejores negocios son aquellos que pueden ser escalables, y que tengan un mercado digital. Sé realista en las y valídalas científicamente o con varias experiencias profesionales aplicables”, agregó.

Asimismo, advirtió que una de las mayores trampas en las que puede caer un emprendedor es pensar que el éxito llegará de manera rápida y fácil. “Hay muchos negocios que no requieren mayor inversión inicial, pero todos requieren dedicación y esfuerzo”, indica.

Respecto al tiempo de recuperación de la inversión, dijo que este varía entre los distintos negocios y también es proporcional al ritmo de crecimiento o expansión. “Hay ciertos negocios, como los restaurantes, que deberían regresar tu inversión en 24 meses o menos, pero si estás abriendo nuevos locales o franquicias, no puedes de dejar de invertir”.

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¿Cuándo es tiempo de decirle adiós a mi emprendimiento?

Existen varias señales que pueden indicar que es hora de considerar un plan B para nuestro emprendimiento y posiblemente una reestructuración, indica Angélica Vargas. Algunas de estas señales pueden incluir:

- Reducción masiva y objetiva de clientes: Si por ejemplo, hemos identificado una pérdida significativa en la cantidad de clientes que atendemos, esto podría implicar que a lo mejor no estamos proporcionando una respuesta adecuada por lo que valdría la pena analizar nuevamente el modelo de negocio y la propuesta de valor.

- Problemas en el equipo: Si hemos identificado conflictos mayores en especial en el equipo a cargo del proyecto, esto puede requerir una reestructuración para mejorar no solamente el clima, sino también la eficiencia y productividad de nuestro negocio.

- Dificultades económicas: Si observamos que resulta sumamente complejo responder a las dificultades financieras del negocio puede ser necesario considerar . Estas dificultades pueden darse incluso por temas coyunturales ajenos a nosotros (como por ejemplo la pandemia), sin embargo es importante leer rápidamente las circunstancias y tomar acción de inmediato de cara a poder innovar y garantizar la autosostenibilidad de nuestro negocio.

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En esa línea, Rosales de la Científica del Sur, subrayó que las señales más objetivas siempre serán aquellas que cuantifiquen los resultados en ventas, rentabilidad, y principalmente en el retorno sobre la inversión, el ROI, dado que este último, como se había indicado, permite tener claridad de si las ganancias obtenidas en cierto período son superiores al capital invertido.

“Es una buena señal si el ROI es mayor a 1. Sin embargo, es importante que la revisión de estos indicadores no sea anual ya que no habría suficiente tiempo para reaccionar. Se recomienda que sea por lo menos cada tres meses en un primer año”, detalló.

En caso la señal no sea positiva, agregó, el siguiente camino recién será evaluar si es conveniente reestructurar el negocio o cerrarlo.

“Para la reestructuración es necesario detenerse a reflexionar si hay claridad en el nuevo rumbo que puede tomar el negocio y en qué instancia se plantea hacer el ajuste pudiendo ser generalmente en el diseño organizacional, en el producto o en el mercado objetivo. De no haber claridad en dicho rumbo o adolecer de recursos, capacidades o información que ayuden llegará el momento de pensar en un eventual cierre del negocio”, comentó Rosales.

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Jaime Aguirre Guarderas, director de empresas y Chair de Vistage, agregó que -además de lo mencionado- algunas razones detrás del están:

- No haber estimado el aporte de capital inicial correctamente, que permita sostener la primera fase hasta llegar al punto de equilibrio, llegando a la iliquidez y consecuente quiebra.

- Que el entusiasmo a la hora de dimensionar el mercado haya opacado las dificultades reales que iban a enfrentar, “como los diversos gastos de ventas en los que tenían que incurrir, contar con el equipo humano necesario, los plazos de pago de los clientes mayores a lo planeado, el tiempo mayor al esperado en su penetración de mercado y su debilitamiento en caja llevándolos a la insolvencia”.

“Si bien es cierto que las pequeñas empresas no tienen las espaldas financieras de las más grandes, poseen la gran ventaja de la flexibilidad y la rapidez en corregir que, al tener gastos menores y una organización más pequeña, estas pueden adaptarse con agilidad a nuevas condiciones de mercado y definir alianzas con otras empresas para complementarse”, recordó.

Dato

La Cámara de Comercio de Lima alertó que solo 1 de cada 10 pequeñas empresas se mantiene a flote y las demás, no alcanzan su nivel de madurez.

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