La interrupción constante es un fenómeno común que puede afectar tanto nuestra vida profesional como personal. Las interrupciones limitan nuestra capacidad de expresarnos, contribuir y, en última instancia, afectar nuestra autoestima. Un experto en oratoria ha revelado una simple pero poderosa estrategia para manejar estas situaciones: una frase de tres palabras que puede cambiar la dinámica de cualquier conversación.
Según John Bowe, formador de oratoria, la frase mágica de tres palabras que puede evitar interrupciones es simple: “[Nombre], estoy hablando”. La clave de esta frase reside en su simplicidad y firmeza. Al mencionar el nombre de la persona que interrumpe, se establece una conexión personal y se demanda su atención inmediata. Esta frase, usada correctamente, puede detener a cualquier interlocutor en seco y permitir que retomes el control de la conversación.
Es crucial no solo qué dices, sino cómo lo dices. La frase debe pronunciarse de manera calmada pero firme. Un tono agresivo puede generar confrontación, mientras que un tono demasiado suave puede ser ignorado. Encuentra un equilibrio que proyecte seguridad y autoridad sin parecer hostil. Además, adapta la frase al contexto específico; por ejemplo, en un entorno profesional, podría ser más apropiado decir “Señor/Señora [Apellido], estoy hablando”.
Como cualquier habilidad, el uso efectivo de esta frase requiere práctica. Ensaya con amigos o familiares para encontrar el tono y la actitud correctos. Cuanto más te sientas cómodo utilizando esta técnica, más natural te parecerá en situaciones reales. Recuerda, la confianza es fundamental para evitar interrupciones y ser escuchado.
Hablar en público, ya sea en reuniones de trabajo o en otros contextos, requiere preparación. Si deseas que las personas te escuchen, debes captar su atención desde el principio. Antes de cualquier reunión, toma un momento para escribir tus pensamientos y estructurar tu presentación. Comienza con un punto fuerte que explique por qué tus palabras son importantes antes de entrar en detalles. Evita divagar y ve directo al grano.
Si has pasado años sin ser escuchado, estos pasos pueden parecer aterradores. Considera la práctica de estas ideas como una forma de terapia. Cambiar tu comportamiento puede causar ansiedad, pero el objetivo es encaminarte hacia un nuevo camino en el trabajo y en tu vida personal.
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