
Lo que muchos contribuyentes empezarán a notar en la temporada de impuestos 2026 en Estados Unidos no será casualidad ni un fallo del IRS, sino consecuencia directa de las reformas tributarias aprobadas en 2025. Estas modificaciones traerán algo poco común: reembolsos más generosos, un alivio que puede tener gran impacto en los bolsillos de familias latinas desde Nueva York hasta Texas, desde Florida hasta California. Aunque lidiar con los impuestos rara vez es sencillo, este año bien vale la pena mirar el panorama completo y entender cómo estos cambios benefician a la comunidad hispana que trabaja y prospera en Estados Unidos.
Cuando uno conversa con trabajadores, familias o adultos mayores latinos —en restaurantes, construcción, limpieza, fábricas, entregas o cuidados— aparece la misma pregunta: ¿por qué recién ahora se verá ese dinero? La respuesta está en cómo se aplicaron los recortes fiscales impulsados por la agenda del presidente Donald Trump y en una serie de ajustes que no se reflejaron de inmediato en los cheques de pago durante 2025, algo que afectó por igual a contribuyentes hispanos en todo el país.

CAMBIOS TRIBUTARIOS QUE IMPACTAN DIRECTAMENTE EL REEMBOLSO
La clave está en que los contribuyentes presentarán en 2026 las declaraciones correspondientes al año tributario 2025. Según explicó Tax Foundation, la Ley OBBBA redujo los impuestos sobre la renta individual en un estimado de US$144,000 millones, pero ese alivio no se notó día a día en los cheques de muchos trabajadores latinos. Sin embargo, el IRS no ajustó durante ese año las tablas de retención que usan los empleadores.
Esto provocó que a muchas personas se les siguiera descontando más dinero del necesario en cada cheque, incluyendo a quienes viven de la hora extra, las propinas o los turnos nocturnos que son tan comunes en la comunidad hispana. En lugar de recibir el beneficio poco a poco durante el año, ese dinero acumulado llegará de golpe en forma de reembolso al presentar la declaración, lo que puede convertirse en un respiro importante para pagar deudas, enviar remesas o ponerse al día con gastos familiares.
EL CRÉDITO TRIBUTARIO POR HIJO: UNO DE LOS GRANDES PROTAGONISTAS
Uno de los cambios más relevantes está en el Crédito Tributario por Hijo, una herramienta clave para millones de familias en Estados Unidos y, en particular, para hogares latinos con varios menores en casa. La ley aprobada en julio de 2025 aumentó este crédito en US$200 por cada menor elegible, elevando el monto máximo a US$2,200 por hijo.
Ahora bien, no todos reciben el monto completo. El IRS utiliza el ingreso bruto ajustado modificado (MAGI) para determinar cuánto corresponde a cada familia, y la parte reembolsable del crédito queda limitada a US$1,700 por menor, siempre que el niño tenga un número de Seguro Social válido para empleo y cumpla con los requisitos de edad y residencia.
Aquí aparece un punto sensible que conviene tener muy claro en la comunidad latina. La nueva legislación exige que el padre o madre que presenta la declaración individual tenga un número de Seguro Social válido; en declaraciones conjuntas, al menos uno de los padres debe cumplir con ese requisito, lo que significa que algunos niños ciudadanos estadounidenses podrían quedar excluidos del beneficio, algo que ya ha generado debate entre expertos y organizaciones tributarias que trabajan con familias hispanas.
UNA DEDUCCIÓN ESPECIAL PARA ADULTOS MAYORES DE 65 AÑOS
Otro cambio importante es la llamada “temporary senior deduction”. Se trata de una deducción adicional de US$6,000 para contribuyentes de 65 años o más, diseñada para reducir el ingreso sujeto a impuestos federales, algo especialmente relevante en muchas familias latinas donde los abuelos siguen trabajando o aportan económicamente al hogar.
Esta deducción estará vigente de forma temporal entre 2025 y 2028. Se aplica en su totalidad a quienes tengan un ingreso bruto ajustado de hasta US$75,000 al año, o US$150,000 en el caso de parejas que declaran de manera conjunta; a partir de esos montos, el beneficio se reduce gradualmente hasta desaparecer para ingresos superiores a US$175,000.
¿QUIÉNES REALMENTE SE BENEFICIAN DE ESTA DEDUCCIÓN?
Aunque suena atractiva, no todos los adultos mayores verán un impacto real. El Bipartisan Policy Center advierte que muchos jubilados con ingresos bajos no obtendrán un beneficio adicional, ya que gran parte de los ingresos del Seguro Social no se consideran tributables.
Además, quienes se jubilaron antes de los 65 años, incluso por motivos de discapacidad, no califican para esta deducción específica debido al requisito de edad establecido por la ley, algo que también afecta a adultos mayores latinos que dejaron de trabajar antes de esa edad por razones de salud o trabajos físicos exigentes.
DEDUCCIONES PARA PROPINAS Y HORAS EXTRA
La ley también introdujo dos disposiciones que han llamado mucho la atención, especialmente entre trabajadores latinos en restaurantes, hoteles, construcción, servicios de delivery y otros sectores donde el ingreso depende de las propinas y las horas extra: “no tax on tips” y “no tax on overtime”.
Aunque el nombre sugiere que estos ingresos no pagan impuestos, en la práctica funcionan como deducciones tributarias. Esto implica que las propinas y las horas extra deben declararse y siguen sujetas a impuestos sobre la nómina; el beneficio llega al momento de calcular el impuesto federal sobre la renta, reduciendo el ingreso gravable.
LÍMITES Y REQUISITOS PARA ACCEDER A ESTAS DEDUCCIONES
En el caso de las propinas, la deducción puede alcanzar hasta US$25,000 anuales. Para las horas extra, el límite es de US$12,500 en declaraciones individuales y US$25,000 en declaraciones conjuntas, y ambos beneficios se reducen gradualmente para ingresos superiores a US$150,000 o US$300,000 en conjunto.
Un detalle clave, especialmente para muchos trabajadores hispanos, es que el trabajador debe contar con un número de Seguro Social válido. Quienes declaran con ITIN quedan excluidos de estas deducciones, lo que deja fuera a una parte importante de la fuerza laboral latina que sigue cumpliendo con sus obligaciones fiscales pero no puede acceder a estos beneficios.

LA DEDUCCIÓN ESTÁNDAR TAMBIÉN AUMENTA
La deducción estándar, una de las más utilizadas por su simplicidad, también fue ajustada al alza. Para el año tributario 2025, será de US$15,750 para contribuyentes individuales, US$31,500 para parejas que declaran juntas y US$23,625 para quienes presentan como cabeza de hogar.
Este ajuste, aprobado dentro de la agenda fiscal de Donald Trump, ayuda a reducir el ingreso sujeto a impuestos y puede traducirse en reembolsos más altos para quienes no detallan deducciones, incluyendo a muchas familias latinas que prefieren la opción estándar porque es más sencilla y accesible.
MÁS ESPACIO PARA DEDUCIR IMPUESTOS ESTATALES Y LOCALES (SALT)
Otro cambio relevante es la ampliación temporal de la deducción SALT. El límite sube de US$10,000 a US$40,000 en 2025, con aumentos del 1% anual hasta 2029; en 2030, el tope volverá a US$10,000.
Eso sí, este beneficio se reduce gradualmente para ingresos superiores a US$500,000 al año y solo aplica para quienes optan por deducciones detalladas, algo más común entre propietarios de vivienda en estados con altos impuestos como California, Nueva York, Nueva Jersey o Illinois, donde también viven millones de hispanos.
Para la comunidad hispana a lo largo y ancho de Estados Unidos —desde jornaleros en Texas hasta trabajadoras del hogar en Nueva York o repartidores en Florida y California— todos estos cambios pueden significar un reembolso más alto, pero solo si la declaración se hace correctamente y se conocen bien los requisitos. Por eso, es importante reunir todos los formularios, verificar la documentación de la familia y, en caso de duda, buscar apoyo de preparadores de impuestos que entiendan la realidad económica y migratoria de los latinos en el país.






