Lyle y Erik Menéndez cambiaron sus destinos por completo la noche del 20 de agosto de 1989 tras asesinar a sus padres José y Kitty. Después de ser hallados culpables y haber aceptado el doble crimen, fueron sentenciados a cadenas perpetuas sin libertad condicional; por lo que actualmente cumplen condena en el centro correccional Richard J. Donovan de San Diego. Pese de que los hermanos han pasado varios años en la cárcel, una luz de esperanza se posa sobre ellos, toda vez que la fiscalía de Los Ángeles solicitará la reapertura del caso. Debido a ello, ¿existe la posibilidad de que salgan de prisión? Aquí la respuesta.
Como se recuerda, Lyle y Erik aseguraron que actuaron en defensa propia, pues temían por sus vidas, luego de haber sido abusados física, emocional y sexualmente por su padre José Menéndez desde que eran unos niños, bajo el consentimiento de su madre. Al final, se determinó, en un segundo juicio, que eran responsables de asesinato en primer grado y conspiración para cometer asesinato; a esta conclusión llegó el jurado al no creer que los hermanos mataran a sus padres por miedo, sino por quedarse con toda su fortuna.
El fiscal del distrito del condado de Los Ángeles, George Gascón, señaló que tras “una revisión muy cuidadosa de todos los argumentos que se presentaron a favor de las personas de ambos lados de esta ecuación”, lo mejor es que se revise el caso para dar una sentencia adecuada a los hermanos Menéndez. Por lo tanto, pedirá que se “elimine la cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional y que se les condene por asesinato”. Para él, ellos ya habrían pagado su deuda con la sociedad.
Lo primero que hará Gascón es presentar una petición en el Tribunal Superior Estatal de Los Ángeles para que vuelvan a sentenciar a los hermanos. Su intención es que los acusen de asesinato para que les impongan entre 50 años y una cadena perpetua con posibilidad de libertad condicional, algo que se les negó. Debido a que llevan décadas tras las rejas, esto les daría la posibilidad de solicitarla, a la cual aplicarían de inmediato.
Aunque esta recomendación haría pensar que Lyle y Erik pronto podrían salir en libertad, lo cierto es que aún hay un largo camino por recorrer, ya que todo quedaría en manos de un juez.
Una vez que se presenta la petición, todo quedará en manos del juez que verá el caso, quien determinará si ambos continúan en prisión, se les concede un nuevo juicio o se les reduce la pena. Aunque no hay fecha para ver la solicitud de la fiscalía, Nancy Theberge, de la oficina de Gascón, precisó que el documento llegaría al juzgado entre 30 y 45 días, informó USA Today.
De acuerdo con People, si el juez aprueba la recomendación de Gascón, todo pasaría a manos de una junta de libertad condicional, que decidirá otorgarla o no en base al comportamiento de los hermanos en la cárcel. Pero si la solicitud es rechazada, la defensa de Lyle y Erik Menéndez pueden apelar. Pero eso no queda ahí.
Según la analista legal de NBC, Laura Jarrett, en el Today Show, la última palabra la tendrá el gobernador Gavin Newsom, quien tiene la potestad de aceptar o bloquear la decisión de la junta de libertad provisional.
Por su parte, el abogado de Lyle y Erik Menéndez tiene la esperanza de que todo salga bien con sus defendidos y que ambos salgan libres para Thanksgiving.
En 2023, los abogados de los hermanos Menéndez presentaron un hábeas corpus en el Tribunal Superior del Condado de Los Ángeles citando nuevas pruebas. En ellas se incluyen los abusos sexuales que denunció Roy Rosselló, ex Menudo, cuando tenía 14 años en contra de José Menéndez.
Asimismo, se incluye la carta que escribió Erik a su primo Andy Cano contándole sobre los abusos sexuales de su padre meses antes de que cometan el crimen.
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