Lo que comenzó como un ingreso extra durante la pandemia se ha convertido en un negocio de siete cifras para dos hermanos de Boston, Kirk McKinney, de 21 años, y Jacob McKinney, de 19 años. Estos jóvenes emprendedores no solo encontraron una forma de generar ingresos a partir de la reventa de artículos desechados, sino que también han transformado su empresa, Junk Teens, en una plataforma que brinda empleo a adolescentes locales y contribuye a la reutilización de objetos. Hoy en día, esperan facturar US$1,2 millones en 2024 con su floreciente negocio.
En 2021, en medio de la pandemia, Kirk y Jacob eran estudiantes de secundaria y trabajaban a tiempo parcial en una tienda de comestibles. Como muchos jóvenes, buscaban una forma de generar ingresos adicionales, pero no imaginaron que esta búsqueda los llevaría a crear una empresa exitosa. La inspiración surgió cuando Kirk encontró un par de parlantes funcionales en un vertedero. Apasionado por los equipos de sonido, comenzó a coleccionar objetos, lo que resultó en una habitación abarrotada de más de $1,000 en artículos.
Cuando su madre le pidió que deshiciera su acumulación de objetos, Kirk decidió venderlos en Facebook Marketplace en lugar de tirarlos. Para su sorpresa, logró vender todo, y en ese momento se dio cuenta de que podía hacer de esto una oportunidad de negocio. A partir de esa experiencia, dejó su trabajo y decidió apostar por completo en su nuevo emprendimiento junto a su hermano Jacob.
Una de las primeras decisiones importantes que tomaron los McKinney fue dedicarse por completo al negocio. Se dieron cuenta de que no podían equilibrar un empleo tradicional y el crecimiento de su negocio al mismo tiempo, por lo que optaron por enfocarse exclusivamente en Junk Teens. Esta decisión no fue fácil, pero entendieron que el éxito requería un compromiso total.
Empezaron por contarles a todos en su comunidad sobre su emprendimiento, y pronto su historia resonó entre los vecinos. Además de trabajar durante las vacaciones familiares —incluso durante la Navidad— se dedicaron a mejorar su presencia en línea y construyeron una marca cercana a su comunidad, algo que les ayudó a ganar apoyo y atraer clientes.
Invertir en las herramientas correctas fue otro paso crucial. Compraron camiones y las herramientas necesarias para realizar las tareas de recolección de basura, lo que les permitió ofrecer un servicio más eficiente y profesional.
Como cualquier negocio emergente, Junk Teens enfrentó diversos desafíos en sus primeros años. Encontrar empleados confiables fue una de las dificultades más grandes. Para solucionarlo, los hermanos decidieron fortalecer su presencia en redes sociales y crearon una marca divertida y atractiva para atraer talento joven. Al convertir su empresa en un espacio donde los adolescentes podían trabajar en un ambiente dinámico y con propósito, lograron formar un equipo comprometido.
Además, enfrentaron problemas con la gestión del tiempo. Inicialmente, trataron de llevar a cabo múltiples tareas a la vez, pero pronto se dieron cuenta de que necesitaban crear sistemas y procesos organizados. Aprendieron a delegar y a estructurar su negocio de manera que cada miembro del equipo pudiera desempeñar su rol de manera eficiente.
Otro reto fue encontrar un nicho y diferenciarse en un mercado competitivo. Lograron superarlo al enfocarse en la reventa, la donación y la reutilización de objetos, posicionándose no solo como una empresa de recolección de basura, sino también como un negocio comprometido con la sostenibilidad.
A medida que superaron los primeros obstáculos, los hermanos McKinney comenzaron a ver los frutos de su esfuerzo. En su primer año, generaron $120,000 utilizando solo una camioneta y el alquiler de contenedores. Al año siguiente, en 2022, crecieron a $430,000 al agregar un camión de volteo y mejorar su equipo de recolección. Para 2023, alcanzaron los $910,000 con dos camiones de volteo y una camioneta. Ahora, proyectan ingresos de US$1,2 millones en 2024, con la operación de tres camiones de volteo y una camioneta, consolidándose como un negocio de gran envergadura.
Para Kirk y Jacob, el éxito de Junk Teens no solo se mide en términos económicos. Lo que más disfrutan de su negocio es la capacidad de ofrecer oportunidades reales a otros jóvenes ambiciosos, inspirándolos a seguir sus propios caminos emprendedores. A través de las redes sociales, han impactado a una audiencia más amplia, motivando a otros adolescentes a considerar el emprendimiento como una opción viable.
Además, Junk Teens les ha permitido a los hermanos vivir sus pasiones, ya que les encanta la música, la aventura y la búsqueda de objetos únicos en vertederos. Todo esto, al mismo tiempo que construyen una comunidad sólida y cercana.
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