Donald Trump tiene varios desafíos desde que inicie su segundo mandato en Estados Unidos y uno de ellos es estabilizar financieramente el Seguro Social (Foto: AFP / Seguro Social)
Donald Trump tiene varios desafíos desde que inicie su segundo mandato en Estados Unidos y uno de ellos es estabilizar financieramente el Seguro Social (Foto: AFP / Seguro Social)

En las últimas décadas, el sistema de Seguridad Social de Estados Unidos ha atravesado una creciente crisis financiera, impulsada por el aumento de la esperanza de vida y el envejecimiento de la población. El número de trabajadores activos que contribuyen al fondo ha disminuido, mientras que la cantidad de beneficiarios ha crecido considerablemente. Como consecuencia, los pagos realizados por el programa superan los ingresos generados por las contribuciones, lo que ha originado un déficit constante. Desde su instauración en 1935, este sistema ha sido esencial para el bienestar económico de millones de ciudadanos, proporcionando asistencia a jubilados, personas con discapacidades y familiares de trabajadores fallecidos. Sin embargo, la sostenibilidad del programa se ve amenazada por estos desajustes financieros.

Este desajuste ha llevado a las autoridades a señalar que, de continuar esta tendencia, el fondo fiduciario que financia la Seguridad Social podría agotarse a mediados de la década de 2030. A medida que el país se aproxima a esta fecha, los políticos de todos los partidos han comenzado a debatir sobre cómo modificar el sistema para evitar que se quiebre. El presidente electo Donald Trump, al asumir su cargo, heredará este desafío fiscal y enfrentará la responsabilidad de implementar una solución que preserve la estabilidad financiera del país, sin perjudicar a los millones de beneficiarios que dependen de este programa para su sustento.

¿DONALD TRUMP PUEDE ELIMINAR SEGURO SOCIAL?

Ahora bien, surge una interrogante importante: ¿Puede el presidente Donald Trump cambiar o eliminar el Seguro Social? Es una pregunta que ha generado mucho debate, especialmente después de que se plantearan acusaciones durante su campaña electoral sobre posibles recortes al programa. No obstante, la respuesta no es tan sencilla como parece.

El presidente de Estados Unidos no tiene la autoridad para modificar unilateralmente la Seguridad Social. Aunque el Ejecutivo tiene una gran influencia en la agenda política del país, el poder para hacer cambios significativos en este sistema recae en el Congreso. De hecho, la Constitución establece que las leyes que rigen el financiamiento, los beneficios y las tasas impositivas de la Seguridad Social deben ser aprobadas por los legisladores. Cualquier intento de modificar el programa requeriría una ley nueva o una enmienda a las existentes, lo que necesariamente implica la participación de ambos órganos: la Cámara de Representantes y el Senado.

Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, sonriendo tras un discurso días después de haberse confirmado su victoria en las elecciones 2024 (Foto: AFP)
Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, sonriendo tras un discurso días después de haberse confirmado su victoria en las elecciones 2024 (Foto: AFP)

LA COMPLEJIDAD DEL SEGURO SOCIAL

Aunque Donald Trump no puede cambiar directamente la Seguridad Social, sí puede hacer propuestas al Congreso. En su rol como presidente, tiene la capacidad de presentar proyectos de ley o de influir en las decisiones legislativas a través de su liderazgo y sus prioridades políticas. De esta manera, podría sugerir ajustes al programa, ya sea en términos de recortes, aumento de impuestos, o cambios en los requisitos para acceder a los beneficios. Sin embargo, dichas propuestas solo se convertirían en ley si cuentan con el apoyo tanto de la mayoría del Congreso como de la firma presidencial.

El sistema de Seguridad Social de Estados Unidos está clasificado como “gasto obligatorio”, lo que significa que no requiere una votación anual del Congreso para asignar fondos. Las leyes existentes determinan cuánto se debe gastar en cada ejercicio fiscal, y el Congreso tiene la facultad de cambiar esos parámetros, pero siempre mediante una modificación legislativa formal. Por ejemplo, la Ley de Seguro Social, que regula la cantidad de beneficios entregados a los beneficiarios, solo puede ser modificada por una nueva legislación aprobada por los legisladores.

Además, es importante tener en cuenta que la capacidad de cambio del Congreso no es ilimitada. Las reformas a la Seguridad Social son complejas y requieren un enfoque integral, ya que cualquier modificación en el financiamiento o los beneficios del programa afectaría a millones de personas. Por lo tanto, las propuestas deben ser cuidadosamente evaluadas para no generar un impacto negativo en la calidad de vida de los ciudadanos más vulnerables.

La composición del Congreso también juega un papel crucial en este proceso. En el caso de Trump, los republicanos tendrán la mayoría tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado, lo que podría facilitar la aprobación de sus propuestas relacionadas con la Seguridad Social. Sin embargo, esto no garantiza que todos los legisladores republicanos estén dispuestos a apoyar cualquier reforma que proponga el presidente, ya que el tema de la Seguridad Social es altamente sensible y a menudo está sujeto a intensos debates partidistas.

Si bien Donald Trump no puede cambiar o eliminar la Seguridad Social por sí mismo, sí tiene la posibilidad de influir en las reformas del programa a través de sus propuestas legislativas. El futuro de este programa dependerá, en última instancia, de las decisiones tomadas por el Congreso, con el respaldo o la oposición del presidente. En cualquier caso, se espera que el próximo gobierno enfrente la difícil tarea de garantizar la sostenibilidad de este beneficio clave, que afecta directamente a millones de estadounidenses.