La visa es un documento indispensable para poder ingresar a Estados Unidos, sobre todo, si provienes de un país latinoamericano, a diferencia de la mayoría de países de Europa que están exentos de presentar ese documento. Las visas más comunes son las B1/B2, pero esa categoría va mucho más allá del uso exclusivo del turismo.
Debes tener claro que, aunque la visa de turista para Estados Unidos tiene una vigencia máxima de hasta 10 años, cada vez que viajes, el agente de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) determinará cuánto tiempo te puedes quedar por cada visita.
Si bien los dos tipos de visa antes mencionados son conocidos por ser de categoría turista, es importante que conozcas que puedes sacarle más partido a este permiso sin infringir las normativas migratorias.
Las categorías de visas más comunes son la B1/B2, la primera aprueba la entrada al territorio norteamericano por negocios y la segunda por turismo o tratamiento médico. Asimismo, existe la opción de obtener una mezcla de ambas B1/B2.
Esta visa no permite a su usuario trabajar o estudiar en el país, así como tampoco residir temporalmente. De hacerlo, tu permiso puede ser cancelado. Por otro lado, la visa no autoriza obtener una licencia de conducir o que un niño sea inscrito en una escuela pública.
Es importante que tengas los medios para probar que no te quedarás a vivir en Estados Unidos, sino que viajarás por un periodo corto de tiempo. La forma en la que puedes respaldar tu versión es con un comprobante de tu vuelo de regreso o la fecha de salida de tu hotel. También debes tener el dinero acorde a tus planes de viaje.
Contenido GEC