¿El buen gobierno corporativo debe ser obligatorio o voluntario?

Una clara tendencia en el mundo apunta a alinear las prácticas del buen gobierno corporativo a toda la actividad empresarial. De modo que el sistema de gobernanza y dirección de las empresas se rija en base a altos estándares de transparencia, profesionalismo y eficiencia entre sus órganos internos, lo que a largo plazo impactará de manera positiva en la competitividad, rentabilidad y confianza en el mercado.

No por nada muchos convenios y contratos comerciales a nivel global están incluyendo cláusulas en ese sentido, refiere Nancy Yong, socia de Gobernance, Risk and Compliance de PwC. Teniendo en cuenta ello, cabe preguntarse si los estándares del gobierno corporativo deberían ser voluntarios o tornarse obligatorios.

Para Beatriz Boza, socia de la consultora EY en el área de sostenibilidad y gobernanza corporativa, los estándares del buen gobierno corporativo van usualmente más allá del marco legal de cada industria, por lo cual deben ser voluntarios. “No debe ser una obligación. Pasa por un tema de voluntad y decisión, de implementar procesos para hacer las cosas bien. Un buen gobierno corporativo bien implementado erradica la criollada”, remarca.

Yong coincide con ello, dado que acoger esas prácticas demuestra que la compañía está dispuesta a dar un paso más al simple cumplimiento legal. “Sin duda, una señal empresarial que genera visibilidad y una ventaja competitiva en el mercado para atraer inversionistas y desarrollar negocios”, explica. El reto está en que cada vez más empresas se sigan sumando a esta tendencia.

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En el Perú, la Bolsa de Valores de Lima (BVL) realiza un concurso para seleccionar a las empresas que conformarán el Índice de Buen Gobierno Corporativo (IGBC) cada año, distinción que se entrega desde el año 2008. La Bolsa, para tomar su decisión final, recolecta información de todas las empresas participantes, analistas, bancos de inversión, entre otros.

El año pasado, solo 24 compañías de las más de 300 que listan en la BVL se sometieron de manera voluntaria a la evaluación. Más que un desinterés, sería el miedo a no calificar la principal causa de las pocas postulaciones, señaló Francis Stenning, gerente general de la BVL, el año pasado.

Entre las empresas con mejor gobierno corporativo del Perú en el 2016 están Alicorp, BBVA Continental, Cementos Pacasmayo, Compañía de Minas Buenaventura, Compañía Minera Milpo, Credicorp, Ferreycorp, Refinería La Pampilla y Backus.

De acuerdo a Boza, las empresas del IBGC tienen un rendimiento más de 30% superior que las empresas más líquidas del país y que no participan en el IBGC. El reto de las empresas peruanas, entonces, radica en tomar cada vez más consciencia de lo que ello implica y que se trata de más que un cumplimiento normativo. “Es un tema de sostenibilidad de los negocios y supervivencia empresarial”, apunta Yong.

Y si bien estar en el IBGC es un indicio de gestión transparente y sostenible, no las exime de que en el transcurso del tiempo y sus decisiones puedan perder su ubicación en dicho índice.

DATO:

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