La obligatoriedad de disponer de un Libro de Reclamaciones en establecimientos, por ejemplo comerciales, representa una medida importante para asegurar la protección y defensa de los consumidores. Según lo establecido en el Código de Protección y Defensa del Consumidor, todo proveedor con establecimientos abiertos al público debe contar con un Libro de Reclamaciones, el cual puede ser tanto de naturaleza física como virtual.