Hay 1.7 millones de limeños que no pueden cubrir una canasta mínima

Si bien el empleo adecuado creció, un factor a considerar es la dinámica del subempleo, sobre todo aquel que implica un trabajo de más de 36 horas semanales, pero con ingresos por debajo de la canasta mínima.

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Subempleo

Los subempleados en Lima sumaron 2.2 millones de trabajadores, ya sea por falta de horas laborales (visible) o por ingresos debajo de la canasta básica de consumo familiar (invisible).

Esta última condición es particularmente alarmante porque alcanzó a más de 1.7 millones de trabajadores en Lima Metropolitana, esto significó un aumento de 8.9% respecto al 2022 y –sobre todo– un incremento de 54.8% comparado con el nivel prepandemia (2019).

Lo cierto es que los precios siguen aumentando y la capacidad adquisitiva de las familias no fluyen en la misma línea. El Banco Central de Reserva (BCR) señala que el ingreso mínimo referencial estimado es de S/ 1,226.95 al mes (en noviembre). Un subempleado invisible registra ingresos menores a este monto.

Este nivel de empleo afecta desproporcionadamente a las mujeres, representando el 59.9%, en comparación con el 40.1% de los hombres. Además, impacta significativamente a trabajadores mayores de 45 años, subrayando la necesidad de abordar este desafío laboral con enfoques específicos para estos grupos.

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Empleo adecuado

El reto para revertir este panorama es que se dinamice la economía peruana, lo que debería devenir en aumento de la inversión privada y, así, se incentive la creación de empleo adecuado que, según el INEI, viene recuperándose (6.6%) en Lima, aunque aún no supera el nivel precovid. Esto equivale a 3.6 millones de trabajadores que tienen “empleos de calidad”.

Isaac Foinquinos, economista sénior de Macroconsult, considera que el próximo año el empleo en Lima Metropolitana podría crecer solo 2%, producto de una desaceleración natural, luego de un crecimiento de 3.9% en el 2023.

“El año pasado, Lima sostuvo el empleo a nivel nacional. La caída de la producción de los sectores primarios ocasionó una disminución en el interior del país”, explicó.

A nivel nacional

Este año se espera un crecimiento leve del empleo que respondería al “rebote” económico previsto para el 2024. A nivel de regiones, Foinquinos estima que la recuperación de los sectores agrícola y pesca (que fueron gravemente afectados por el fenómeno de El Niño) contribuirían con el desarrollo de puestos de trabajo.

El 2023 fue un año perdido en cuanto a evolución del empleo, ya que se espera una caída de 0.7%. Este año buscan revertir esa cifra con un leve incremento de entre 1% y 2%, estima Paola Herrera del Instituto Peruano de Economía. “Esto dependerá de cuánto se desarrolle la economía este año”, coincidió.

Agregó que “el destrabe de proyectos mineros y la estabilidad económica son factores importantes para la activación del empleo este año, además de los incentivos tributarios y una lista de pendientes normativos en materia laboral”.

Estos cambios normativos tendrían que ser radicales, considera Jorge Toyama, socio del Estudio Vinatea & Toyama. “Se necesita crear un nuevo Código Laboral que venga acompañado de una reforma completa de la ley que incentive la inversión privada e incremente la formalidad. Tenemos 77% de informalidad, estos son niveles más altos que antes de la pandemia”, puntualizó.

En tanto, desde el Poder Ejecutivo vienen trabajando en el fomento de empleo formal. El ministro de Trabajo, Daniel Maurate, declaró a Gestión que una iniciativa para promover el empleo adecuado vendría desde una subvención de costos laborales para las microempresas a fin de evitar que los empleados no quieran ingresar a planilla.