La historia de Angie Hicks y el surgimiento de Angi es un recordatorio de que el éxito empresarial no siempre requiere de grandes inversiones iniciales. (Angi)
La historia de Angie Hicks y el surgimiento de Angi es un recordatorio de que el éxito empresarial no siempre requiere de grandes inversiones iniciales. (Angi)

En el mundo del emprendimiento, las historias de éxito son tan variadas como los emprendedores que las protagonizan. Pero pocas historias resaltan tanto como la de Angie Hicks, una mujer que, a pesar de su naturaleza introvertida, logró transformar una pequeña inversión de US$50,000 en un negocio que hoy vale más de mil millones de dólares. Esta es la historia de cómo Angie’s List, ahora conocida como Angi, se convirtió en una de las plataformas más importantes de servicios para el hogar en los Estados Unidos, todo gracias a la valentía de su cofundadora para superar sus miedos y aprovechar una oportunidad única.

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De un trabajo seguro a un desafío incierto

Angie Hicks no creció soñando con ser emprendedora. Antes de fundar lo que hoy es una de las empresas más reconocidas en el mercado de servicios para el hogar, estaba a punto de aceptar una oferta laboral como consultora en Washington D.C., con un salario inicial de US$40,000 anuales. Sin embargo, una llamada cambió el curso de su vida.

Bill Oesterle, su exjefe durante una pasantía en una firma de capital privado, la contactó con una propuesta diferente. Oesterle, que vivía en Columbus, Ohio, estaba tratando de restaurar una casa antigua y notó la falta de una plataforma que ayudara a las personas a encontrar contratistas confiables en la zona. Inspirado por un servicio similar que había utilizado en Indianápolis, Oesterle decidió emprender y le ofreció a Hicks la oportunidad de cofundar una startup que brindara ese tipo de servicio en Columbus.

La oferta era arriesgada: un salario de apenas US$20,000 anuales y la responsabilidad de lanzar un negocio prácticamente desde cero. Para una persona introvertida como Hicks, esto parecía un desafío abrumador. Además, aceptarlo significaba rechazar una oferta de trabajo estable y bien remunerada. Pero lo que hizo que Hicks tomara la decisión fue un consejo sabio de su abuelo: “¿Qué diferencia hay entre tener 22 años y buscar trabajo o tener 23 y buscar trabajo?” Ese razonamiento la convenció de que, si había un momento para arriesgarse, era cuando tenía pocas responsabilidades y mucho que ganar.

Con una inversión de US$50,000, Hicks creó una de las plataformas más influyentes en el mercado de servicios para el hogar. (Angi)
Con una inversión de US$50,000, Hicks creó una de las plataformas más influyentes en el mercado de servicios para el hogar. (Angi)

El nacimiento de una idea millonaria

Así fue como, justo después de graduarse, Angie Hicks se mudó a Columbus y comenzó a trabajar en una oficina de apenas 9 metros cuadrados. Al principio, estaba sola la mayor parte del tiempo, ya que Oesterle seguía con su trabajo de tiempo completo en finanzas. Las primeras etapas del negocio fueron desafiantes; conseguir miembros era una tarea titánica y, para alguien tan tímida como Hicks, salir a tocar puertas para promocionar el servicio era un verdadero calvario.

Ella misma admite que “hablar con extraños era mi peor pesadilla”, y tuvo que enfrentar ese temor día tras día mientras caminaba de puerta en puerta, tratando de reclutar a los primeros clientes de Columbus Neighbors, el nombre original de la compañía.

¿Cómo superó Angie este obstáculo? Su enfoque fue práctico y metódico. Cada vez que tenía que dar una presentación o vender el servicio, preparaba un guion que practicaba hasta sentirse segura. También se fijaba pequeñas metas diarias, como vender una membresía, y celebraba cada logro, por pequeño que fuera. Estas estrategias la ayudaron a desarrollar la confianza necesaria para hacer crecer la empresa.

La transformación en Angie’s List

Aunque el inicio fue lento, la persistencia de Hicks comenzó a dar frutos. En solo un año, el número de miembros creció a alrededor de 1,000, suficiente para demostrar que el concepto tenía potencial. En 1996, la empresa cambió de nombre a Angie’s List, ya que los clientes empezaron a identificarla a ella personalmente con las recomendaciones del servicio.

El modelo de negocio de Angie’s List se mantuvo prácticamente inalterado a lo largo de los años: conectar a los propietarios de viviendas con proveedores de servicios locales, como reparadores, contratistas, limpiadores y más. Los usuarios podían revisar las calificaciones, leer reseñas y contratar directamente a través de la plataforma.

El éxito no tardó en llegar. Para 1998, Bill Oesterle dejó su empleo para dedicarse por completo a la empresa, y ese mismo año, Angie’s List trasladó su sede a Indianápolis, Indiana. Con el tiempo, la empresa pasó de ser un servicio de suscripción a ofrecer una versión gratuita para los usuarios, ganando ingresos a través de los contratistas que pagaban por anunciarse en la plataforma. En 2011, la compañía salió a bolsa, y desde 2018 ha logrado ingresos superiores a los mil millones de dólares anuales.

Los cofundadores de Angi, Angie Hicks y Bill Oesterle. (Angi)
Los cofundadores de Angi, Angie Hicks y Bill Oesterle. (Angi)

De Angie’s List a Angi: un gigante del mercado de servicios

En 2021, Angie’s List pasó a llamarse Angi, reflejando la expansión y evolución de la plataforma, que ahora es un jugador dominante en el mercado de servicios para el hogar, valorado en US$90,000 millones. Angi maneja millones de solicitudes de servicios cada año y continúa consolidándose como la opción número uno para quienes buscan servicios confiables y de calidad.

Lo que comenzó como una pequeña empresa local, impulsada por una inversión inicial de US$50,000, se ha convertido en una empresa multimillonaria que ha transformado la forma en que los propietarios de viviendas contratan servicios. El éxito de Angie Hicks es una lección poderosa sobre cómo los riesgos calculados y la perseverancia pueden llevar al éxito, incluso cuando el camino no es fácil.

SOBRE EL AUTOR

Periodista. Estudió Comunicación en la Universidad de Lima. Diez años de experiencia en medios digitales. Actualmente se desempeña como redactor del Núcleo de Audiencias de El Comercio.

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