La vida de los emprendedores a menudo está llena de altibajos, y en tiempos de crisis, puede ser el momento perfecto para dar un giro inesperado. Emma Sadler es un claro ejemplo de cómo la adversidad puede transformarse en una oportunidad. Tras ser despedida en varias ocasiones, decidió convertir su pasión por los retratos de mascotas en su nuevo negocio, demostrando que la creatividad y la perseverancia pueden abrir nuevas puertas.
A inicios de 2020, Emma trabajaba como gerente de restaurante en un prestigioso establecimiento de Nueva York cuando la pandemia de Covid-19 sacudió la industria de la hospitalidad. La situación era incierta, y como muchas personas, se encontró en una posición vulnerable. “Ese fue el momento en que me senté conmigo misma y pensé: ‘Creo que es hora de hacer un cambio. La industria de alimentos y bebidas va a ir en picada’”, recordó Sadler.
Como madre soltera, Emma se dio cuenta de que su carrera en la industria alimentaria le estaba robando tiempo valioso con su hija. “Si quería seguir avanzando, tendría que dedicarle más horas y más tiempo lejos de ella”, comentó a Business Insider. Fue entonces cuando decidió dar un salto hacia el sector tecnológico, un cambio que parecía natural dada su experiencia previa con sitios web en pequeños negocios.
En 2021, Emma comenzó su primer trabajo como diseñadora de interfaz y experiencia de usuario (UI/UX). Sin embargo, tras casi cuatro años en el sector tecnológico, se enfrentó a otro despido en 2022 y otro en 2024. “Me di cuenta de que estaba ocurriendo algo similar en la tecnología que ya había pasado en la industria alimentaria durante la Covid”, explicó.
Después de su segundo despido en 2024, Emma decidió reevaluar su situación. “Era un buen momento para lanzarme de lleno en mi proyecto secundario: hacer retratos de mascotas personalizados y accesorios como llaveros y etiquetas, algo que había comenzado en 2023″. Este proyecto no solo le brindaba un ingreso extra, sino que también le permitía expresarse creativamente, algo que extrañaba tras años en un entorno laboral tan digital.
La idea de los retratos de mascotas surgió de su propia necesidad de encontrar accesorios que reflejaran la singularidad de su perro. “Lo que había en el mercado eran diseños escalables, pero yo quería algo que realmente capturara la personalidad de mi mascota”, afirmó. Para probar el interés del público, se inscribió en un evento pop-up en Brooklyn, donde pudo interactuar directamente con clientes y obtener retroalimentación valiosa.
Emma comenzó a realizar eventos en persona por toda Nueva York y, después de la temporada navideña de 2023, comenzó a obtener ganancias. Cuando perdió su trabajo en 2024, sintió que era el momento adecuado para comprometerse completamente con su negocio, Tale.ology. “Tenía habilidades, había estado construyendo este negocio, la gente estaba interesada y realmente disfrutaba de esto como una salida creativa”.
En los seis meses posteriores a su decisión, Emma superó sus propias expectativas. “Definitivamente no pensé que haría cinco cifras en mi primer año”, comentó. Con más tiempo para dedicar a su negocio, pudo enfocarse en aumentar su presencia en línea, utilizando plataformas como TikTok para atraer nuevos clientes. “Tuve un pico de crecimiento gracias a TikTok, pero ahora mi crecimiento constante proviene del boca a boca y del interés genuino en la singularidad de mi oficio”, explicó.
Aunque sus ingresos mensuales aún no se comparan con lo que ganaba en el sector tecnológico, ha encontrado satisfacción en tener el control sobre su trabajo. “Construir algo propio definitivamente trae un nivel de satisfacción — saber que es algo que, hasta cierto punto, tú controlas”. Emma es consciente de que su situación financiera puede fluctuar, pero su compromiso con su negocio le proporciona una estabilidad emocional que no había tenido antes.
La vida diaria de Emma como emprendedora es radicalmente diferente a la de su vida corporativa. “La principal diferencia es la libertad. Estoy creando mi propio horario. No estoy atada a las reuniones de 9 a 5″. Sin embargo, también enfrenta retos típicos de un negocio unipersonal, como la gestión de redes sociales y tareas administrativas. “Pero crear y comunicarme con mis clientes me trae tanta satisfacción que opaca todas las demás tareas que tengo que hacer como dueña de un negocio”, concluyó.
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