- Tras recibir sus condenas, ellos solicitaron ir al mismo penal, ¿accedieron a su solicitud?
- Cuando Lyle y Erik cometieron el crimen tenían 21 y 18 años respectivamente
El crimen que cometieron los hermanos Lyle y Erik Menendez aquella noche del 20 de agosto de 1989 conmocionó a todo el mundo; y no era para menos, pues habían matado a balazos a sus padres en su mansión de Beverly Hills. Después de asesinarlos, se fueron al cine, tal como lo habían acordado, para posteriormente regresar cerca de la medianoche y llamar al 911. Aparentemente, todo había salido bien, pero el cambio radical en los estilos de vida de ambos despertó sospechas, que más tarde fueron corroboradas cuando uno de los jóvenes le contó a su terapeuta que habían matado a sus progenitores. Ellos fueron sentenciados a dos cadenas perpetuas sin posibilidad de libertad condicional, condenas que continúan cumpliendo en la actualidad, pero ¿dónde exactamente? Aquí te lo contamos; además, te mencionamos cómo pasan sus días tras las rejas.
Para dar el veredicto, se realizaron dos juicios. En el primero, ellos aseguraron que actuaron en defensa propia, pues estaban cansados de los constantes abusos físicos, psicológicos y sexuales a los que fueron sometidos por parte de sus progenitores; la falta de pruebas hizo que desestimen las imputaciones y el juicio se declaró nulo porque el jurado no se puso de acuerdo si eran culpables de asesinato o de homicidio. En el segundo, no se permitieron como testimonios abusos ni traumas familiares al no estar comprobados, por lo que todo se centró en la muerte de los esposos. Tras escucharlos, fueron declarados culpables de asesinato en primer grado y conspiración para cometer asesinato. Cabe mencionar que cuando los hermanos acabaron con la vida de sus padres, Lyle tenía 21 años y Erik, 18.
Cuando comenzaron a cumplir sus condenas, los hermanos solicitaron que los pusieran en el mismo penal, pero no tuvieron éxito. El 10 de septiembre de 1996, el Departamento de Correccionales de California los separó y envió a cárceles diferentes bajo el argumento de evitar que conspiren futuros crímenes e incluso planear una fuga. Lyle Menendez fue enviado a la prisión estatal de Mule Creek en Ione, California, mientras que Erik Menendez fue trasladado al centro penitenciario Richard J. Donovan, en el condado de San Diego. A pesar de que se comunicaban regularmente por cartas, ellos no pudieron verse las caras ni hablar directamente por más de 20 años… pero llegó el día que tanto habían soñado: reencontrarse.
El 22 de febrero de 2018, Lyle fue transferido de Mule Creek al centro penitenciario Richard J. Donovan de San Diego, donde se encontraba su hermano. Aunque al principio estaba en una unidad de alojamiento diferente, eso cambió el 4 de abril de ese mismo año cuando llevaron a Erik a la misma unidad de Lyle. Ambos se abrazaron fuertemente y lloraron desconsolados.
“Fue un momento extraordinario para mí y para toda mi familia, que tuvo que visitarnos en prisiones separadas en dos partes del estado. Me eché a llorar. Tuve que caminar un largo trecho para verlo. Cuando lo trajeron en una camioneta, pude verlo bajar y reunirme con él y no estaba seguro de cómo reaccionaría. Sentí mucha adrenalina y, simplemente, terminé rompiendo a llorar, lo cual es un momento bastante emotivo. Estamos felices por eso”, contó Lyle Menendez en una entrevista exclusiva vía telefónica a Daily Mail. Asimismo, señaló que las palabras más repetían ambos fueron “Finalmente” y “Te amo”.
Actualmente, los hermanos pueden reunirse durante los períodos de ejercicio, recreación y comida en el centro penitenciario Richard J. Donovan de San Diego.
Los primeros años de prisión, Erik Menendez contó a People que peleó con varios reclusos. “Me he metido en peleas, muchas peleas, pero nunca peleo yo primero. Tienes que aprender a ser inteligente. Hay un estado perpetuo de miedo que existe como ruido de fondo. Siempre tienes que estar atento a quién está a tu alrededor. Tienes que afinar continuamente tus instintos de supervivencia”, dijo en 2005.
El Departamento de Correcciones y Rehabilitación de California le dio a conocer por correo electrónico a Biography.com que durante el tiempo de encarcelamiento de Erik, este incurrió en dos violaciones graves de las reglas; mientras que Lyle en ninguna. Con el paso del tiempo, ellos maduraron y la conducta de ambos es calificada como buena. Ellos están en una “instalación de programación no designada” en Donovan, conocida como Echo Yard, la cual ofrece a los reclusos más libertad y programas de rehabilitación y educativos. Es preciso mencionar que los hermanos viven en dormitorios separados con otros reclusos.
Durante su reclusión, Erik Menendez ha trabajado con reclusos con enfermedades terminales, además de interesarse por la meditación, pintura y dar clases de religión. Por su parte, Lyle trabajó en el gobierno de reclusos en la prisión estatal de Mule Creek. Los dos dan orientación a reclusos que sufrieron abuso sexual infantil, de acuerdo con el periodista Robert Rand.
Erik se casó en 1999 con Tammi Ruth Saccoman, su amiga por correspondencia con la que tiene una hijastra. La mujer escribió el libro “They Said We’d Never Make It: My Life with Erik Menendez” (“Dijeron que nunca lo lograríamos: Mi vida con Erik Menéndez”, en español).
Lyle también se casó en dos ocasiones: de 1996 a 2001 con Anna Eriksson y desde 2003 con Rebecca Sneed.
Contenido GEC