Las historias de monedas suelen ser muy populares en foros y redes sociales, y más si estas tienen un final feliz, tal como le ocurrió a un ciudadano en Connecticut, quien decidió salir a detectar metales con un equipo especial como parte de un pasatiempo, sin esperar que encontraría un extraño artículo que le cambiaría la vida para siempre.
Y es que la numismática ha demostrado ser, más que una ciencia social, un pasatiempo para millones de personas, que emprenden la búsqueda de las piezas más extrañas con la esperanza de hallar ese objeto valioso y de incalculable valor.
Como se recuerda, la numismática se encarga del estudio de monedas, billetes, medallas y otros objetos que se relacionan con el dinero, estableciendo su valor de acuerdo a factores como su antigüedad, influencia en la historia, composición, entre otros.
La historia de hoy nos lleva a New Haven, Connecticut, ciudad en la que un hombre aficionado a la búsqueda de objetos decidió dar una pequeña vuelta por un lugar cargado de historia y encontró una serie de monedas del siglo XVIII que podrían llegar a valer miles de dólares.
El ciudadano, identificado como Mike DeLucia, caminaba con un detectos de metales hasta que este empezó a emitir el conocido pitido cuando encuentra una aleación, la cual se ubicaba a tan solo 10 centímetros de profundidad, y aunque inicialmente pensó que se trataba de un botón antiguo, este terminó siendo un tesoro escondido.
Ya la primera parte estaba en la superficie, pero había más, por l lo que decidió cavar más y encontró una moneda Barber Dime y una Large Cent, las cuales datan de 1893.
En conversación con Coin Week, realmente comprendió lo que tenía en sus manos cuando realizó una búsqueda por imágenes en Google con las piezas que había encontrado y fue allí que se dio cuenta del gran tesoro que tenía entre manos.
El pequeño botón de cobre fue una “ficha” emitida de manera privada y su primera circulación fue en la Ciudad de Nueva York a finales de 1785. Un verdadero tesoro para cualquier coleccionista del planeta.
No tardó en publicarlo en redes sociales y varios de sus compañeros y amigos agregaron mayor información sobre su hallazgo y despertó la curiosidad de amantes de las piezas antiguas, por lo que ha decidido poner en subasta la pieza y obtener miles de dólares en el proceso.
Por el momento, las ofertas no han convencido a Mike, más si se tiene en cuenta que las casas de colecciones han sugerido un precio que no se acerca a lo que un particular ofrece, por lo que las conservará hasta que una atractiva solicitud llegue.