Los meses de confinamiento producido por la crisis sanitaria del COVID-19 generó un retroceso en las operaciones de factoring. Kenneth Bengtsson, presidente ejecutivo de Efact, señaló que hubo dos factores principales para esta crear situación.
Durante la cuarentena, muchas empresas optaron por esperar los préstamos del Gobierno a través del programa Reactiva Perú en lugar de acudir a empresas de factoring para obtener liquidez. A ello se suma que algunas plataformas de factoring tampoco compraron gran cantidad de facturas por el alto riesgo que tenían algunos negocios.
“Mucho se habló de costos de financiación muy bajos, lo que generó una expectativa falsa entre las empresas. Esos intereses y costos eran los que las entidades financieras usan para acceder a garantías, pero no el costo final para el financiamiento”, dijo a Gestión.pe.
Al comparar costos, muchas empresas optaron por esperar préstamos basados en las garantías del Gobierno y generó un menor uso del factoring. “Las empresas que esperaban préstamos del Gobierno entendieron que con estas garantías y fondos el precio de financiación iba a ser bajo, pero en realidad no era así”, acotó.
Otro factor que ralentizó el factoring, se produjo porque las entidades ligadas a este giro de negocio fueron más conservadoras y no otorgaron préstamos o financiación a tantas empresas como antes.
“No hay comercio como antes, eso hace más difícil para las empresas de factoring hacer evaluación crediticia, porque una empresa que en febrero era fuerte, hoy puede estar a punto de quebrar”, indicó.
Facturas electrónicas
En cuanto a facturas electrónicas, en julio el 96% de empresas registradas en la plataforma de facturación de Efact emitieron solo el 40% de comprobantes enviados durante febrero.
En abril se tuvo una caída del 66%, recuperándose en mayo con 80% y en junio con 91%. En julio, hubo un repunte del 96%. Bengtsson explicó que ello se debió a que al inicio muchas empresas dejaron de facturar por no vender, pero desde que se concluyó la cuarentena ha habido mejoras.
A comparación con el año pasado, entre abril y mayo hubo una caída de 30%, pero en junio se tuvo una mejora del 40% debido a que se ha tenido un mayor número de transacciones.
Optimizar Factoring
Si bien el marco legal en el Perú con relación al factoring es positivo, según Bengtsson, todavía falta modernizar los procesos de las entidades financieras para tener una mejor medición del riesgo crediticio de las empresas.
Algunas empresas de factoring evalúan estos riesgos a través de los comprobantes físicos con lo cual se vuelve más complicado conocer los detalles financieros de la empresa solicitante.
“Con la factura electrónica se puede comprobar en menos de un segundo si los comprobantes son reales, la información de la empresa, sus clientes, ventas, productos, ingresos, márgenes, comportamiento de la empresa y ver si hay riesgo o no”, comentó.
Argumentó que las financieras que brindan factoring muchas veces prefieren comprar facturas a empresas grandes que a medianas y pequeñas porque les brindan más confianza. Pero esta situación mejorará si comienzan a innovar en tecnología y utilizan facturas electrónicas.