(G de Gestión) La isla de Curazao atesora siglos de historia, arquitectura neerlandesa, 35 playas con belleza natural y mucho sabor del sur caribeño. Este pedacito de cielo al frente de las costas de Venezuela goza de un clima envidiable. ¿Cómo no descubrimos antes este destino?
Entrada al paraíso
Se abren las puertas del avión y el calor húmedo caribeño me invade, pero el aire acondicionado del Aeropuerto Internacional Hato lo apacigua. Allí me espera Elton Sint Jago, un profesor de geografía que desde hace ocho años se dedica al turismo. Me dice que en la isla todos saben cuatro lenguas: papiamento, neerlandés, español e inglés, así que es muy simple comunicarse y conectar con su gente.
Llegamos al Mangrove Beach Corendon Curacao All-Inclusive Resort, Curio by Hilton, un hotel 5 estrellas que cuenta con restaurantes de carne, comida italiana, sazón oriental y frutos del mar; y también con un cuarteto de piscinas, un parque acuático, servicio de spa y experiencias de buceo.
Frente a mí, el mar más cristalino que he tenido ante mis ojos. Meto los pies y la temperatura del agua transparente se mantiene a unos 25 °C. Una clara invitación a sumergirse.
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Arena y sol
Curazao ofrece algunas de las playas más bonitas del mundo. Del lado oeste son imperdibles Kenepa Grandi y Kenepa Chiki. Kleine Knip es famosa por sus lugares de buceo, y playa Piskado, por su nado junto a tortugas. Si las olas son lo suyo, diríjase al Parque Nacional de Shete Boka, en la costa norte de la isla.
Por la tarde nos detenemos en el Flamingo Sanctuary Sint Willibrordus, un lugar habitado por centenares de flamencos blancos y rosas que se dejan ver, incluso desde el auto. Es un momento maravilloso. Eso sí, no está permitido tocarlos, alimentarlos ni acercarse.
Experiencia premium
“La isla es muy popular entre los submarinistas”, me dice Héctor Quiroz, director asociado de Ventas para los hoteles Sunscape Curaçao, Dreams Curaçao y Zoëtry Curaçao. Hay más de 70 puntos para practicar buceo y esnórquel, además de los bellos arrecifes y de la variedad de bancos de peces.
Mayrond van Lamoen, guía de la agencia Myronchi Trip, detalla que en este territorio se puede ver el 80% de las especies de peces que hay en la costa Caribe, así como especies de corales en extinción. Con la careta y las aletas puestas, hundimos la cara en el mar de Tugboat, la mejor playa para hacer esnórquel como principiante: vemos los corales y el barco que lleva unos 30 años bajo el agua.
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El corazón de la isla
Una parada obligada es Willemstad, la capital de Curazao, que regala una colorida postal al frente del famoso Handelskade. Un café al aire libre o un almuerzo en Plasa Bieu, el mercado antiguo donde sirven platos locales como el kadushi, es un buen plan.
El puente flotante Queen Emma, que se abre para dar paso a cruceros, es otro imperdible. Para ver el atardecer, no hay nada mejor que un paseo en yate privado contemplando una acuarela de naranjas y lilas sobre el cielo. Aunque tienen capacidad para 15 personas, Yacht Charter Curacao brinda una experiencia personalizada, para solo ocho afortunados.
Quiroz comenta que la estancia promedio en Curazao es de seis días. Sin embargo, los europeos pasan unas 12 noches, incluso 18. Otros, como yo, sueñan con dejarlo todo e irse a disfrutar la vida en este paraíso.
Datos
- Las aerolíneas Avianca y Copa Airlines vuelan a Curazao desde Lima, haciendo una escala en Colombia y en Panamá, respectivamente.
- Los peruanos no necesitamos visa para viajar a este destino. Solo se exige pasaporte vigente, vacuna contra la fiebre amarilla y un registro migratorio que se llena en línea (ED card).
- También se requiere un seguro de viaje que cubra gastos médicos, hospitalización y todo lo relacionado con la atención del COVID-19.
- En Curazao, la temperatura promedio es de 30 °C y solo hay 70 días de lluvia al año. Las mejores condiciones para practicar esnórquel se presentan de abril a octubre.
- Se sugiere rentar un auto para recorrer el Parque Nacional de Shete Boka y evitar caminar bajo el sol extenuante.