Por Faye Flam
Hay dos tipos de curas en la medicina. Está la que ha sido probada una y otra vez y nunca funciona, por lo general basada en una hipótesis extravagante que involucra campos de energía. Luego, hay prácticas que funcionan en animales, o células, o que son la predicción de una teoría ampliamente aceptada, y que eventualmente se podría hacer que funcionen en personas.
En esta segunda categoría yace la promesa de retrasar el envejecimiento con infusiones de sangre de individuos más jóvenes. Funciona en ratones, revirtiendo no solo el deterioro físico sino también el cognitivo.
Este mes, científicos publicaron una prueba de que dos proteínas aisladas de la sangre joven cambiaban el comportamiento de las neuronas humanas en cultivo, estimulándolas para la generación de nuevas conexiones. El documento, publicado en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias, no revela que funcionará en humanos, pero deja abierta la posibilidad.
En medicina, eso es suficiente para atraer a muchos empresarios. Una nueva startup llamada Ambrosia, ya inició transfusiones a clientes por un valor de US$ 8,000 por litro, según un artículo de Business Insider. En febrero, en respuesta a dicha práctica, la FDA emitió una advertencia oficial indicando que las transfusiones de sangre joven no ofrecían "beneficios clínicos comprobados" ni para el envejecimiento normal ni para la enfermedad de Alzheimer.
Pero el principio en sí no es una locura. Uno de los autores del artículo de la Academia, el bioquímico de Stanford Thomas Sudhof, ganó el Premio Nobel 2013 por dilucidar cómo se comunican las células. Dijo que estaba intrigado por algunos de los estudios en ratones que mostraron que la sangre de individuos más jóvenes rejuvenecía los cerebros de los mayores, mejorando sus habilidades de aprendizaje y recordación.
Lo que le pareció particularmente intrigante era que este trabajo desafiaba el paradigma actual del envejecimiento cerebral, que plantea que la degeneración se origina en el tejido cerebral. Los experimentos con sangre joven sugieren que el envejecimiento cerebral podría iniciar en la sangre. Y si en efecto es el caso, podría ser posible preservar el cerebro a través de la alteración de la química de la sangre.
El experimento de Sudhof se basó en neuronas humanas en cultivo, expuestas al plasma sanguíneo (la parte líquida de la sangre sin los glóbulos blancos y rojos) de ratones de 15 días o de 15 meses (que es una edad avanzada para un ratón). Halló dos proteínas, llamadas trombospondina-4 (THBS4) y SPARC tipo 1 (SPARCL1), cuyo nivel de concentración era mayor en el plasma joven y que, de forma aislada, estimulaban las neuronas para aumentar su conectividad.
Entonces, ¿por qué digo que el tratamiento actualmente disponible es pura curandería? Porque los científicos aún no saben si funciona en humanos, o cómo hacer que funcione. Eso no ha ralentizado la inversión en compañías que prometen hacerlo. Por supuesto, dependiendo de cómo actúen los reguladores, podría no ser necesario que funcione para ganar dinero. Ese ha sido el caso para la mayoría de los suplementos vitamínicos.
Pero no es tan útil usar frases vagas como "sin beneficio clínico comprobado". Después de todo, no hubo prueba de que los antibióticos, las vacunas o la quimioterapia funcionaran hasta que finalmente la hubo.
Muchas prácticas médicas alternativas, como la homeopatía y el reiki, se basan en principios no científicos y han fallado prueba tras prueba. No solo hay una falta de evidencia de los beneficios, sino evidencia de la falta de evidencia.
Sería mejor describir los factores sanguíneos jóvenes no como medicina alternativa sino como medicina prematura, es decir tratamientos basados en ideas que podrían eventualmente funcionar, pero que probablemente no funcionan actualmente como se anuncia.
Es probable que esta forma de curandería siga proliferando en la medicina, porque muchas personas sienten que no pueden esperar a que la ciencia convierta las nuevas ideas en curas para todo lo que les aflige. Y siempre hay empresarios que tampoco pueden esperar para obtener su dinero.