Violeta Orozco
CEO Konecta Perú
De acuerdo a los resultados del ranking PAR 2020 de Aequales, en el Perú el 58% de las empresas cuentan con una política de equidad de género. Si bien dicha cifra es importante, todavía hay un largo camino por recorrer de modo que no solo hablemos de empresas con buenas prácticas de equidad de género, sino que hablemos de empresas realmente inclusivas y diversas desde la raíz.
En los últimos años, muchas empresas han comenzado a adoptar palabras como diversidad e inclusión como parte de su identidad. Ambas se comenzaron a posicionar dentro del accionar de compañías que ya no solo veían en ellas una moda o una tendencia, sino que apostaban por realmente construir espacios de respeto para todos y todas, pero también de igualdad de oportunidades. Esta labor se puede empezar de manera progresiva con charlas y talleres que permita que los colaboradores puedan comenzar a interiorizar temas como equidad de género, prevención de violencia, nuevas masculinidades, entre otros.
No hay duda que la coyuntura ha planteado una serie de retos para las empresas, sin embargo hoy más que nunca es importante que sigamos trabajando alineados a estos pilares. La tecnología nos plantea diversas oportunidades para concretar esta labor. Por ello no es extraño que veamos como empresas ahora imparten estos talleres a través de herramientas como Zoom o mediante la virtualización de contenido en plataformas de capacitación. Todo ello con el compromiso de seguir incentivando y promoviendo estos temas dentro de la organización.
Como es evidente, esta interiorización no se da de la noche a la mañana, forma parte de un trabajo constante que requiere de un liderazgo adecuado que va mucho más allá de implementar un par de políticas de trabajo, se requiere un compromiso por hacer esas políticas parte de la esencia de la empresa y de los colaboradores. Esto implica la participación de todos los miembros, desde él o la CEO hasta los proveedores. En esa línea, los o las CEO deben convertirse en embajadores y principales promotores de la equidad, demostrándolo y reforzando el tema en todos los niveles de la organización.
Pero eso no es lo único que se debería realizar, ya que el trabajo no solo es con los colaboradores sino también con los equipos directivos. De acuerdo a resultados ranking PAR de este año, sólo el 21.3% de las empresas medidas son lideradas por una mujer como CEO. En esa línea, es importante seguir trabajando en directorios más diversos y en que cada vez más mujeres puedan seguir asumiendo posiciones de liderazgo dentro de las organizaciones. Demostrar a los equipos que no importa el sexo de la persona, y que cada uno puede alcanzar el cargo que deseen gracias a su trabajo y no por quiénes son, es vital para la construcción de una empresa equitativa; y es algo en lo que todos debemos seguir trabajando.
No podemos negar que la incertidumbre de este año, puede haber hecho que muchas empresas prioricen ciertos temas frente a otros, no obstante el trabajo en equidad de género, diversidad e inclusión es algo que se debe seguir fomentando, no sólo en beneficio de los colaboradores, sino que también de sus familias y de la propia empresa. Un colaborador que es capaz de reconocer la igualdad entre hombres y mujeres, y la importancia del respeto, es un colaborador que puede contribuir con mejorar y educar su círculo más cercano, y por ende impacta también en la sociedad. Esto no solo beneficia al colaborador, sino también al negocio, pues una empresa donde prime la equidad, diversidad e inclusión es una empresa cuyos colaboradores son más productivos y comprometidos con el negocio. Ese es el trabajo por el que las empresas debemos apostar.