Venezuela obtuvo el jueves una banca en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU pese a que su propio historial en la materia fue cuestionado desde la misma organización, una decisión que generó protestas de Estados Unidos, países latinoamericanos y oenegés.
El ilegítimo mandatario venezolano, Nicolás Maduro, celebró su “victoria”, pero el jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, la consideró “una farsa”, subrayando los abusos atroces del régimen señalados por la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.
Washington lidera la presión internacional para sacar del poder a Maduro, que sin embargo conserva amplio apoyo en la ONU, en particular de Rusia y China.
Venezuela ganó un asiento en el CDH para el período 2020-2022 en una votación de la Asamblea General de la ONU para renovar 14 de los 47 miembros del cuerpo con sede en Ginebra.
En un escrutinio que provocó aplausos al anunciarse el resultado, Venezuela obtuvo 105 apoyos. La votación fue secreta y se necesitaba una mayoría de 97 votos de los 193 miembros de la ONU para ganar.
Con 153 adhesiones, Brasil, que buscaba la reelección, se quedó con el segundo escaño disponible para América Latina, en tanto Costa Rica, que había tratado de bloquear a Venezuela, consiguió solo 96 votos.
El gobierno de Maduro, rechazado por más de 50 países que reconocen como mandatario interino al jefe parlamentario, Juan Guaidó, ha sido señalado de graves violaciones de derechos humanos.
El informe Bachelet reportó en julio más de 6,900 muertes por "resistencia a la autoridad" en el último año y medio, muchas de las cuales pueden constituir ejecuciones extrajudiciales. Pero Maduro acusó a Bachelet de "mentir".
Estados Unidos, que se retiró del CDH en 2018 denunciando un sesgo contra Israel, consideró la elección de Venezuela "una farsa que socava aún más la frágil credibilidad del Consejo", según una declaración de Pompeo que enfatizó que lo integran "gobiernos autoritarios" con "abominables registros de derechos humanos", como China y Cuba.
"¡Victoria en la ONU!"
Desde Caracas, Maduro se jactó del triunfo. "¡Victoria en la ONU! Por encima de las amenazas triunfó nuestra diplomacia bolivariana de paz y la libre autodeterminación de los pueblos", tuiteó.
Cuba, aliada de Maduro, también festejó la "victoria" de Venezuela "a pesar de brutales presiones de Estados Unidos", en un tuit de su viceministra de Exteriores, Anayansi Rodríguez Camejo.
Nicaragua se sumó, con la vicepresidente Rosario Murillo señalando la "merecida victoria del pueblo bolivariano".
En contraste, Guaidó dijo que la "dictadura" recibe una silla "bañada de sangre", al denunciar el asesinato de un concejal opositor Rada, aparecido muerto el jueves en Caracas.
"El mismo día que un sistema de la ONU permite que una dictadura como la de Maduro se siente en una silla bañada de sangre producto de la violación de derechos humanos, asesinan a Edmundo Rada", señaló.
La elección coincidió con la excarcelación en Venezuela de 24 opositores, resultado de la "mesa de diálogo nacional" creada hace un mes entre el gobierno y un sector minoritario de la oposición.
Alfredo Romero, director de la ONG Foro Penal, indicó sin embargo que "todas estas personas quedan con medidas restrictivas a su libertad" y dijo que en Venezuela hay más de 400 "presos políticos".
“Inaudito”
Costa Rica, que hace dos semanas decidió postularse al CDH por considerar que el informe Bachelet hacía que Venezuela no fuera un nominado "adecuado", agradeció los 96 votos alcanzados.
"Cuando se es consecuente con los principios, no hay derrota posible, solo trabajo por delante", tuiteó el presidente Carlos Alvarado.
Brasil, cuyo presidente Jair Bolsonaro ha sido acusado por oenegés de atacar los derechos humanos, aplaudió su reelección, subrayando que esta vez cosechó 16 votos más. Pero la cancillería lamentó la elección de Venezuela.
Colombia, Chile, Ecuador, Guatemala y Perú, que impulsan la realización de nuevas elecciones para una salida pacífica a la crisis en Venezuela, también deploraron el resultado, que tildaron de "inaudito" y de "burla".
Un voto por Venezuela "es un voto por la tortura, el asesinato y la impunidad que se han convertido en marcas registradas del gobierno de Maduro, había dicho antes Human Rights.
Los otros 12 puestos abiertos el jueves en el CDH fueron asignados a Namibia, Libia, Mauritania y Sudán; Indonesia, Japón, Corea del Sur y las Islas Marshall; Alemania y Holanda; y Armenia y Polonia.