Una mujer cubierta por una mascarilla sale de un mercado que será fumigado por una compañía que ofrece servicios de desinfección en Seul, capital de Corea del Sur. El rociado de  desinfectante es parte de las medidas preventivas contra la propagación del coronavirus. (Foto: Reuters)
Una mujer cubierta por una mascarilla sale de un mercado que será fumigado por una compañía que ofrece servicios de desinfección en Seul, capital de Corea del Sur. El rociado de desinfectante es parte de las medidas preventivas contra la propagación del coronavirus. (Foto: Reuters)

ha logrado controlar la pandemia de en un tiempo récord de solo una semana gracias al diagnóstico masivo de su población. Parte de la estrategia ha consistido en distribuir una aplicación para móviles en la que, aportando los datos personales (domicilio, edad, sexo y teléfono o correo electrónico de contacto), se gestionaba la información sobre la enfermedad.

Según el portal en caso de que el diagnóstico fuese positivo, al usuario se le ofrecía una cita para realizar el test. La prueba se llevaba a cabo en un punto de encuentro al que el usuario se desplazaba en coche, y donde los sanitarios hacían el test sin necesidad de salir del vehículo, de forma rápida y bastante segura. El paciente recibía el resultado a las 24 horas en su dispositivo.

Por si fuera poco, el gobierno de Corea del Sur tenía un canal de información en el que cada usuario podía conocer cómo de afectada se encuentra su zona de residencia.

No les ha ido mal el sistema. Con este protocolo no solo han evitado el colapso de los servicios telefónicos de información y de las ambulancias. Además, al no desplazar pacientes a los hospitales para las pruebas, se ha reducido considerablemente el riesgo de infectar o ser infectado.

Controlado en menos de dos semanas

En total, en Corea del Sur se han realizado más de 200,000 pruebas, que han permitido bajar la tasa de afectados de 813 el 29 de febrero a 114 el 12 de marzo. Con lo que eso implica en cuanto a descongestión de hospitales, capacidad de atención a todos los pacientes críticos y posibilidad de hacer acopio de material según las necesidades.

Al mismo tiempo, la aplicación ha servido para controlar a los pacientes y asegurarse de que se respeta la cuarentena. ¿Cómo? Bien mediante el sistema de geolocalización o bien rastreando el uso de tarjetas de crédito para pagar o sacar dinero del banco. Cuando un ciudadano no respetaba la cuarentena, se le sancionaba directamente con una multa. Solo en casos de extrema necesidad se podía pedir un permiso de desplazamiento que se recibía en el móvil, a través de un código QR.

La colaboración entre sector público y el sector privado ha sido otra de las claves para conseguir que el sistema sea eficiente. El Ministerio de Sanidad y las empresas han colaborado tanto en la creación de la aplicación como en la recolección de los datos y su posterior análisis.