Charlene Gulliford, gerente general del Gandy Dancer, nunca imaginó que llegaría el día en que el restaurante de Michigan famoso por sus cortes de carne y mariscos vendería papel higiénico y cartones de huevo, pero la pandemia del nuevo coronavirus ha causado que los restaurantes asuman un enfoque de supervivencia.
El popular restaurante de Ann Arbor ahora funge como tienda de víveres, ofreciendo productos básicos como leche y pan, además de la carne y pescado de sus propias despensas, e incluso toallas de papel y el elusivo papel higiénico.
Las ventas iniciaron hace dos semanas y el Gandy Dancer ha encontrado una fuente de ingresos para compensar algunas de las pérdidas del negocio, al tiempo que cubre una necesidad debido a que las tiendas tradicionales batallan para mantenerse al día con la demanda.
“Mucha gente está diciendo que está feliz de apoyarnos, pero muchos otros dicen: ‘Gracias por ayudarnos’”, comentó Gulliford.
La idea se está popularizando a nivel nacional. Las órdenes de permanecer en casa y de distanciamiento social dirigidas a frenar la propagación del Covid-19 han puesto en pausa a los restaurantes, obligando a muchos a cerrar y causando que otros apenas logren sobrevivir.
Desde grandes cadenas hasta restaurantes familiares, los establecimientos están recurriendo cada vez más a las ventas de comestibles.
Panera, por ejemplo, lanzó esta semana Panera Grocery, donde ofrece no sólo los famosos panes, bagels y pasteles de la cadena con sede en San Luis, sino también artículos como leche, huevo y productos agrícolas que sus 2,100 establecimientos en Estados Unidos generalmente usan para preparar sus platillos. Los artículos de supermercado pueden ser entregados o recogidos.
Subway vende comestibles en 250 de sus tiendas en cinco estados _California, Connecticut, Oregon, Tennessee y Washington. Las franquicias de Potbelly Sandwich Shop lanzaron Potbelly Pantry, que ofrece principalmente alimentos que la cadena utiliza para hacer sándwiches, como carnes, quesos y panes.
La vicepresidenta de bienestar y política alimentaria de Panera, Sara Burnett, dijo que la decisión de vender comestibles es una reacción a la “crisis sin precedentes que atraviesa nuestro país en este momento”.
Si bien Burnett no pudo decir cuánto le ha costado la pandemia a Panera, señaló que 30% de su negocio generalmente proviene de comidas en los restaurantes, “y eso obviamente ha desaparecido por completo”.
La Asociación Nacional de Restaurantes del país indicó que la industria ha perdido tres millones de empleos y US$ 25,000 millones en ventas desde el 1 de marzo. La portavoz Vanessa Sink subrayó que 3% de los restaurantes ha cerrado permanentemente y se prevé que otro 11% lo haga para finales del mes.