Uno de estos esquemas sugiere que el 70% del aporte del afiliado va a su cuenta individual, mientras que el otro 30% iría a un componente colectivo. Se buscaría entonces que el monto total de la pensión de un afiliado se calcule como la suma de una pensión básica universal, la pensión generada en la cuenta de capitalización individual y la pensión generada en el componente colectivo. (Foto: Andina)
Uno de estos esquemas sugiere que el 70% del aporte del afiliado va a su cuenta individual, mientras que el otro 30% iría a un componente colectivo. Se buscaría entonces que el monto total de la pensión de un afiliado se calcule como la suma de una pensión básica universal, la pensión generada en la cuenta de capitalización individual y la pensión generada en el componente colectivo. (Foto: Andina)

Son varias las visiones, desde el frente público y privado, que se manejan hoy respecto a la reforma del sistema de previsional. Una dinámica redistributiva con los aportes de los afiliados se puso sobre la mesa de debate.

En un reciente taller organizado por AFP Integra se mencionaron dos esquemas para definir la dinámica “solidaria” en el sistema de pensiones. Estos fueron propuestos en la mesa de diálogo organizada por Comité de Lectura, quien convocó a actores del sector de pensiones y especialistas con experiencia en temas previsionales, económicos, políticos, sociales, y legales.

Uno de estos esquemas sugiere que el 70% del aporte del afiliado vaya a su cuenta individual, mientras que el otro 30% a un componente colectivo (fondo solidario).

Teniendo en cuenta que, bajo este esquema, el monto total de la pensión de un afiliado se calcula como la suma e una pensión básica universal, la pensión generada en la cuenta de capitalización individual y la pensión generada en el componente colectivo, este último sería la fuente de subsidio si el afiliado no alcanza algunos de los montos de la pensión mínima (que, sumado la pensión básica, es parte de las propuestas de la mesa de diálogo) aplicable a sus años de aportes. Es decir, el fondo colectivo financia la diferencia para llegar a la pensión mínima correspondiente.

“Tuvimos un consenso medio respecto al tema de la solidaridad, pues unos se decantaban más por una u otra alternativa. Es más complejo el consenso unánime en si el es el Estado el que debe ser solidario o si debe ser el sistema“, señaló Alice Gutierrez es Directora del negocio de ahorro y retiro de SURA Asset Management, quien participó de las sesiones de diálogo.

El exministro de Economía y Finanzas, , quien también participó de la mesa de diálogo, no está de acuerdo con este esquema, pues señaló que, bajo ese modelo, el afiliado no recibiría una rentabilidad de acuerdo a sus aportes a lo largo de su vida, pues estaría subsidiando a otros para alcanzar su pensión mínima.

“En este punto (de los esquemas) no ha habido consenso. Estoy en contra del fondo compartido. Mientras la pirámide poblacional de trabajadores formales, que es alrededor 20% de la PEA, no apunta a que crezca rápidamente, la punta de la pirámide, donde está la gente envejecida, se va a ampliar. Ante ello, se va a requerir eventualmente subsidios adicionales a la redistribución interna en el sistema, pues el sector formal es pequeño. Además, esta propuesta sería como una expropiación a futuro, pues te restan parte de tu rentabilidad y te obligan a repartirlo dentro del sistema”, apuntó.

Esquema vía transferencias del tesoro

El otro esquema propuesto contempla el aporte previsional en una AFP u otro tipo de institución regulada por el Estado. El afiliado, luego de su jubilación, recibe lo que corresponda a lo que haya podido ahorrar.

Sin embargo, si ello no le permitiese alcanzar alguno de los tramos de pensión mínima que está vigente (y aplicable a sus años de aportes) el Estado (vía recaudación de impuestos) es el que cubre con un subsidio la diferencia para llegar al tramo correspondiente.

En ese sentido, la pensión de un afiliado se calcula como la suma de la pensión básica universal, su cuenta individual y el subsidio nacional si así se requiere. “Estoy más en línea con esta propuesta, donde el aporte va a la cuenta individual y el rol subsidiario del Estado”, apuntó Tuesta.

Sobre la pensión mínima y pensión básica universal

Algunos de los puntos en los que hubo consenso en los participantes es que el sistema integrado de pensiones debe poder asegurar a sus afiliados una pensión básica universal financiada con recursos del Estado, que tienda a ser una versión amplificada de Pensión 65, y que evite a la persona caer en situación de pobreza.

Del mismo modo, también plantean fijar una pensión mínima por tramos en función a los años de aportes, y tomando como referencia el sistema de beneficios garantizados. Gutiérrez mencionó que no hay un monto fijado para este concepto actualmente, el cual es un punto en la agenda.

“Una pensión mínima tiene que tener un mínimo de aporte para que se pueda acceder a esta, mientras para que aquel que no aportó nada y está en la pobreza, se daría una pensión no contributiva como Pensión 65. El concepto pensión (mínima) se basa en un ahorro acumulado, y la otra figura es asistencial para los ciudadanos más pobres”, señaló Tuesta.

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Dato

  • El documento final resume los 19 consensos suscritos por unanimidad. Además de Tuesta y Gutiérrez, otros de los participantes (de la lista de 10) fueron Norma Correa (investigadora de la PUCP), Aldo Ferrini (gerente general en AFP Integra), y Álvaro Monge (Socio de Macroconsult).

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