Lucía Salem, directora de Proyectos de Lucha, afirma que durante los próximos cinco años el emprendimiento textil Valente proyecta abrir nuevas categorías y llegar a todos los rincones del Perú. (Foto: GEC)
Lucía Salem, directora de Proyectos de Lucha, afirma que durante los próximos cinco años el emprendimiento textil Valente proyecta abrir nuevas categorías y llegar a todos los rincones del Perú. (Foto: GEC)

Mariana Castillo Celis

Movimiento Lucha

En el programa pasado de “La Nueva Empresa”, Lucía Salem, directora de Proyectos de Lucha Startup Studio, y Vanessa Rodríguez, líder de Marketing y Producto en Valente, dan a conocer el desarrollo de modelo de impacto de Valente, empresa que tiene como propósito visibilizar y combatir la violencia contra la mujer.

“La Nueva Empresa” es el espacio de capitalismo consciente de Lucha Startup Studio y la marca Gestión, que es difundido quincenalmente en redes sociales los días miércoles desde las 4 pm. En esta oportunidad, el programa, en su edición No. 23, trató sobre las iniciativas de impacto y de negocio para el crecimiento de Valente, empresa del portafolio de Lucha.

Rodríguez expresa que Valente es una marca con propósito que crea conversaciones, oportunidades y productos orientados a la mujer. “Su objetivo es visibilizar las micro agresiones que sufrimos las mujeres en nuestra cotidianidad y desnormalizarlas. Buscamos paso a paso que se cree una comunidad y una vida más amable para nosotras”, subraya.

“Tenemos una estrategia de canal multiproducto, pero hemos comenzado por la línea de ropa interior. Nuestro lema es que no sea la mujer la que se tenga que adaptar al producto, sino que la prenda se adapte a ella. El objetivo es que las mujeres se sientan cómodas y seguras con nuestros productos”, menciona Rodríguez.

Por su parte, Salem cuenta que en el piloto empezaron con esta línea de ropa y tuvieron éxito. “Comenzamos ofreciendo prendas de ropa interior sin costuras y nos fue muy bien. Posterior al piloto comenzamos a vender vestidos envolventes, que se caracterizan por adaptarse a distintos tipos de cuerpo. No obstante, diría que Valente más que una marca textil, es de retail porque existen otras categorías en las que quisiéramos apostar en el futuro. Incluso hace poco sacamos nuestra línea de bisutería”.

Modelo de impacto

Salem agrega que, para construir un modelo de impacto, Lucha y todas sus empresas comienzan identificando quienes van a ser sus beneficiarios, es decir, cuál va ser el segmento de la población a que desean impactar. Luego, identifican el problema central que aqueja a la persona, junto con las causas y consecuencias de este. Después, se escoge una de las causas y se evalúa distintas rutas para solucionar este problema específico que se ha identificado.

“Lo que nosotros hacemos es una lluvia de ideas de diferentes formas en la que podemos atacar la causa para después priorizar una y evaluar cómo desde la empresa se puede aportar a la solución”, enfatiza la directora de Proyectos de Lucha.

En el caso de Valente, añade, dentro del problema central de la violencia contra la mujer, han identificado que una de las causas es la dependencia económica que viven las mujeres que se encuentran en mayor situación de vulnerabilidad. Por ello, decidieron enfocarse en tomar la ruta de empoderamiento económico.

Por su parte, Rodríguez sostiene que la “Red de Valentes” ha sido creada con esa intención. “Buscamos a mujeres que no cuenten con estudios o estén viviendo situaciones de violencia y necesitan generar oportunidades para cortar con este ciclo. Aprovechamos nuestros canales de comunicación y la llegada que podemos para insertar emprendimientos en nuestra plataforma de marcas de mujeres que necesitan ser apalancadas por marcas más grandes”.

Sin embargo, la líder de Valente destaca que no es solo darles el espacio, sino también darles el soporte y la capacitación necesaria para que puedan desarrollar habilidades que les permitan autogestionar sus emprendimientos.

“Si bien esta iniciativa aún se encuentra en diseño. Para Valente, es fundamental dar apoyo en la parte emocional, puesto que es clave para el empoderamiento de la emprendedora y también para su emprendimiento. Quizás en estos momentos no sea posible dar un acompañamiento psicológico personalizado a cada una de ellas, pero nos gustaría tener talleres de coaching o talleres en habilidades emocionales”, puntualiza Salem.

Valente a futuro

Salem afirma que durante los próximos cinco años Valente proyecta abrir nuevas categorías y llegar a todos los rincones del Perú. “Esto repercute directamente en nuestro impacto porque mientras más crezcamos más podemos crecer la ‘Red de Valentes’. La idea es ampliar las líneas de impacto que nos permitan incluir a más mujeres, quizás ya no sólo como creadoras de productos sino también que participen de nuestros canales de distribución”, detalla.

Además, con el acompañamiento, exposición y mentoría que brindan a las emprendedoras que conforman actualmente la red, menciona Salem, sería ideal que en el futuro se conviertan en proveedoras de productos de la propia marca Valente.

Prácticas conscientes y prácticas tradicionales

Lucha Startup Studio busca abarcar una lucha pública al momento de la creación de sus empresas. “Las empresas somos parte de la sociedad civil y tenemos un gran poder y responsabilidad para contribuir con los problemas que nos aquejan. Lo que yo le diría a una empresa tradicional es que tiene el deber de involucrarse en las políticas que le hagan el bien a su país principalmente por razones morales, pero además porque su empresa opera en ese contexto. Entonces cualquier cambio positivo también va a afectar de manera positiva a su organización ya sea de manera directa o indirecta”, argumenta Salem.

Por su parte, Rodríguez sostiene que una empresa que busca tener ventajas competitivas, sabe diferenciarse de las demás atacando las problemáticas estructurales que terminan impactando en su organización y en las personas que la conforman. “Si no cuentas con un modelo de impacto, puedes comenzar identificando un problema en tu misma empresa. Una idea es impactar en tus trabajadores y sus familias, más allá de lo económico. Si quieres diferenciarte siempre tienes que ir más al fondo del problema y tratar de solucionarlo desde ahí. Sino cualquiera puede copiar tu modelo de negocio y mejorarlo”, afirma Rodríguez.