Redacción Gestión

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Washington (Reuters).- El grupo financiero HSBC Holdings Plc se puso a disposición del Senado de Estados Unidos, admitiendo defectos en sus operaciones contra el lavado de dinero y prometiendo solucionar lo que un feroz reporte definió como una cultura "extensamente contaminada" en el banco.

Además, David Bagley, un destacado ejecutivo de supervisión de responsabilidades en HSBC desde el 2002, dijo al panel de investigación del Senado que renunciaría tras la presentación del informe.

El informe del Senado, que derivó de una investigación que se extendió por un año, dijo que el banco había actuado rutinariamente como financista de clientes transfiriendo fondos desde los lugares más peligrosos del mundo, entre ellos México, Irán y Siria.

Aunque los grandes problemas de lavado de dinero del banco británico han sido seguidos por reguladores desde hace casi una década, el reporte y la audiencia aumentan la presión sobre la entidad, que espera una importante multa de parte del Departamento de Justicia.

Asimismo, se produce en un momento en que la reputación de los bancos internacionales ha sufrido un duro golpe por acusaciones de manipulación de una importante tasa interbancaria global.

El informe del Senado detalló el lunes cómo entre 2007 y 2008, las operaciones del HSBC en México transfirieron 7,000 millones de dólares a las operaciones en Estados Unidos. Según el reporte, las autoridades de ambos países advirtieron al banco que la cantidad de dinero podía ser tal sólo si estaba vinculada a procedimientos ilegales de narcóticos.

El senador Carl Levin, que preside el Subcomité Permanente de Investigaciones del Senado, inició la audiencia el martes con una exhaustiva explicación sobre cómo los lapsus del HSBC fueron una amenaza para los mercados financieros en todo el mundo.

"La contabilidad de la conducta pasada es esencial. Es lo que estuvo ausente aquí", declaró Levin, agregando que la cartera del banco podía estar en riesgo si no mejoraban las cosas.