Un beso puede ser tantas cosas: dulce, amoroso, extraño, intenso, trasportador, decepcionante, aburrido, sublime, que te cambia la vida. Puede ser una expresión de amor, pasión, cariño o amistad; un saludo, una despedida, un consuelo o una celebración y es, sin duda, una buena manera de conectar con la persona que te importa. Es una forma de comunicación universal que se practica en casi todas las culturas y en todas las edades. Por eso, tiene un día internacional dedicado exclusivamente para homenajearlo. Pero, ¿sabes cuál es el origen de esta celebración? A continuación, los detalles.
Cabe señalar que, para la Real Academia Española (RAE), el verbo besar representa “tocar u oprimir con un movimiento de labios a alguien o algo como expresión de amor, deseo o reverencia, o como saludo”, en lo que se refiere a la acción que contempla un contacto.
Fue esta acepción carnal la que emprendieron un hombre y una mujer oriundos de Tailandia para generar un récord mundial y ser fuente de inspiración para que se creara el Día Internacional del Beso, un festejo que tiene menos de una década, pero que cada año son más las parejas que se suman a las celebraciones.
Se conmemora cada 13 de abril een honor al beso más largo que se ha registrado en la historia. Según la página web de Guinness World Records, en 2013 una pareja tailandesa ganó el récord mundial al beso más largo. Ekkachai Tiranarat y Laksana Tiranarat participaron en una competencia anual en Tailandia organizada por Ripley’s Believe It or Not!, en Pattaya.
En la competencia participaron nueve parejas, incluyendo un matrimonio de más de 70 años. Sin embargo, los Tiranarat, quienes ya habían ganado en años anteriores, salieron triunfadores otra vez en 2013 con un beso que duró 58 horas, 35 minutos y 58 segundos. El más largo registrado en la historia, según la organización.
Además de llevarse el título, recibieron una placa metálica, dos anillos de diamantes y otro reconocimiento por parte de los Guiness World Records.
Una de las teorías señala que el beso fue generado por el impulso de succión de la infancia y la lactancia. También se lo liga a la costumbre de olerse de las comunidades primitivas y al canibalismo. Sin embargo, el primer registro de los besos data del año 2500 a.C., en la India. Puntualmente en los templos de Khajuraho.
También en oriente se gestó el Kamasutra, en el año III d.C, un libro sagrado de Vatsyayana que abordó a la divinidad natural del sexo. Este también incluía referencias al beso como práctica sexual. Y lo separa en tres categorías:
Por otro lado, varios investigadores concuerdan en que la cultura del beso como práctica sexual comenzó en India y que llegó a Europa durante las invasiones de Alejandro Magno. Incluso en textos canónicos de la cultura occidental, como La Odisea, de Homero; y posteriormente en Ovidio, se refiere al beso como símbolo de amor o afecto. Incluso en mitos griegos también está presente, por ejemplo, en Galatea y Pigmalión.
Por último, también se registró el beso como traición en la Biblia, sobre en Judas Iscariote y en Jesús.
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