
En medio de la incertidumbre económica, surge la propuesta del cheque de estímulo DOGE, impulsada por James Fishback, director ejecutivo de la firma de inversión Azoria. Este plan, que promete redistribuir hasta US$2 mil millones recuperados de ahorros gubernamentales, plantea un enfoque selectivo: solo los hogares que son ‘contribuyentes netos’ tendrían acceso a este beneficio, dejando fuera a una parte significativa de la población.
La meta de este departamento es recuperar hasta US$2 mil millones en ahorros gubernamentales, dinero que, según Fishback, podría destinarse a pagar las deudas del gobierno y repartirlo entre los contribuyentes estadounidenses a través del cheque DOGE. La idea ha generado un fuerte debate, no solo por el monto involucrado, sino también por los criterios de elegibilidad que se están planteando.
¿POR QUÉ EL PAGO NO SERÍA PARA TODOS LOS ESTADOUNIDENSES?

A diferencia de los cheques de estímulo otorgados durante la pandemia de COVID-19, que fueron distribuidos de manera generalizada a todos los ciudadanos, el cheque DOGE tendría un enfoque más selectivo. Según los borradores de Fishback, este reembolso solo se enviaría a los hogares que sean “contribuyentes netos” al sistema tributario, es decir, aquellos que pagan más impuestos federales de los que reciben en beneficios gubernamentales. Esta medida descalificaría automáticamente a una gran parte de la población de bajos ingresos.
La propuesta, que consta de un borrador de cuatro páginas, sostiene que los cheques no serían inflacionarios, ya que se financiarían exclusivamente con los ahorros recuperados por el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), liderado por Elon Musk. Esta diferencia es clave, ya que los cheques de estímulo por la pandemia fueron financiados mediante déficit, lo que aumentó la deuda nacional y alimentó las presiones inflacionarias. Fishback argumentó que este modelo podría ser más sostenible y beneficioso para la economía a largo plazo.

LA IDEA HA PROVOCADO REACCIONES ENCONTRADAS
Varios analistas señalan que el cheque DOGE excluiría a los hogares que más necesitan asistencia económica. De acuerdo con un informe del Pew Research Center, la mayoría de los estadounidenses con un ingreso bruto ajustado inferior a US$40,000 no están obligados a pagar impuestos federales sobre la renta, lo que los dejaría automáticamente fuera de este beneficio. Este enfoque ha sido calificado como elitista y potencialmente divisivo.
Fishback, sin embargo, sostiene que este estímulo tiene un propósito adicional: incentivar el regreso de los estadounidenses al mercado laboral. “Piénselo: si usted es un hombre en edad laboral que actualmente no trabaja y sabe que existe la posibilidad de recibir un cheque de dividendos de DOGE el próximo verano, siempre y cuando consiga un trabajo y regrese a la fuerza laboral, eso es una poderosa motivación”, comentó Fishback en una entrevista.
El cheque DOGE también ha sido visto como una jugada política estratégica. La administración de Donald Trump, ahora en su segundo mandato, ha sido crítica con los estímulos masivos y el gasto gubernamental excesivo. Esta propuesta permitiría al gobierno mostrar una postura más responsable y austera, mientras brinda un incentivo económico directo a los contribuyentes. No obstante, el proceso legislativo para aprobar una medida de este tipo es complejo y todavía está lejos de materializarse.