Hace más de un mes, el gobierno oficializó la reducción del Impuesto General a las Ventas (IGV) en un punto porcentual a partir del 1 de julio. Sin embargo, puso como condición que al 31 de mayo de este año, la recaudación anualizada del IGV neto de sus devoluciones internas deberá alcanzar el 7.2% del PBI.

De no alcanzarse esta meta, el IGV se mantendría en 18%, como lo es ahora.

[LEA TAMBIÉN: ]

, economista principal de BBVA Research, señaló que es poco probable que se concrete la reducción de este impuesto ya que la meta que se ha impuesto el gobierno es relativamente exigente.

"Es una meta del 7.2% del PBI en términos de la recaudación del IGV neto de sus devoluciones. En este momento, ese indicador está en 6.1%. Tendría que tener un recorrido de 6.1% a 7.2% en pocos meses en un contexto en el que la demanda interna todavía está débil", comentó.

[LEA TAMBIÉN: ]

¿Quién se beneficia de no darse esta reducción? El gobierno. Según Grippa, al no haber reducción le deja más espacio al gobierno para poder gastar y darle soporte a la economía, "darle soporte al crecimiento de este año, eso va ser importante".

En la otra orilla está el ciudadano de a pie, que esperaba tener mayor liquidez en el bolsillo. "Siempre hay un costo pero es importante también mantener la solidez de las finanzas públicas; esto va a dar mayor espacio fiscal que finalmente también termina beneficiando a las familias", rescató el economista.