Aunque la “Edad de Oro” de Hollywood es conocida mundialmente por su brillo, glamour y películas clásicas, un nuevo estudio publicado en la revista Plos One revela que el cine estadounidense de esta época estuvo empañado por una profunda desigualdad de género.
Los investigadores de la Universidad de Northwestern constatan que la representación femenina en la industria del cine alcanzó un mínimo histórico entre 1920 y 1950, tras analizar un siglo de datos del archivo del Instituto Americano de Cine y de la base de datos IMDb.
Para Luis Amaral, líder de la investigación y profesor de Ingeniería Química y Biología en dicha universidad, "mucha gente ve esta época a través de 'gafas de color rosa' porque Hollywood estaba produciendo una buena cantidad de grandes películas".
Se argumentaba que los tipos de películas que se hacían, como las del Oeste, de acción y de crimen, provocaban la disminución de la representación femenina, pero -advierte este experto- este descenso se produjo en todos los géneros, incluyendo los musicales, la comedia, la fantasía y el romance.
Para llevar a cabo el estudio, Amaral y su equipo analizaron una muestra de 26,000 películas producidas entre 1910 y 2010 de todos los géneros, con el objetivo de conocer cuántas mujeres trabajaron como actrices, guionistas, directoras y productoras, informa la Universidad de Northwestern en una nota.
Los resultados reflejan un patrón en forma de "U": en todos los géneros y en los cuatro tipos de trabajo, las labores de las mujeres aumentaron de 1910 a 1920, pero luego cayeron drásticamente; no obstante, alrededor de 1950 los roles femeninos se incrementaron progresivamente hasta el 2010.
"En general, encontramos que el porcentaje de mujeres en comparación con los hombres en cualquier trabajo fue inferior al 50 por ciento para todos los años desde 1912 hasta la actualidad", dijo la coautora del estudio, Murielle Dunand.
Antes de la edad de oro de Hollywood, la industria era impulsada por cineastas independientes y la participación de las mujeres aumentó de manera constante.
De 1910 a 1920, según los datos manejados por Amaral, las actrices constituían aproximadamente el 40% de los repartos; ellas escribieron el 20% de las películas, produjeron el 12% y dirigieron el 5%.
Sin embargo, en 1930, los papeles de actuación de las mujeres se redujeron a la mitad y los puestos en producción y dirección disminuyeron casi a cero.
Amaral y Dunand apuntan al sistema de estudio que surgió entre 1915 y 1920 como posible responsable de esta variación, ya que se pasó de una industria con diversos cineastas independientes dispersos por todo el país a solo cinco estudios (Warner Bros, Paramount, MGM, Fox y RKO Pictures) que controlaban todo.
Según Amaral, "a medida que el sistema de estudios cae bajo el control de un pequeño grupo de hombres, las mujeres reciben cada vez menos trabajo" y asocia esta relación a que parece que los productores masculinos contrataban a directores y escritores masculinos.
En la década de 1940 esta tendencia cambió, debido a dos demandas que contribuyeron a que el sistema de estudios que había entonces se desmoronara.
Primero, la actriz nominada al Óscar Olivia de Havilland, que tenía un vínculo exclusivo con Warner Bros, demandó al estudio para quedar liberada de su contrato y ganó; y ocho años más tarde, el Gobierno de Estados Unidos demandó a Paramount Pictures en un caso de antimonopolio.
Cuando Paramount perdió el juicio, sus estudios ya no pudieron producir, distribuir y exhibir exclusivamente sus películas.
"Estos cambios legales le quitaron el poder a un puñado de hombres y le dieron a más gente el poder de empezar a cambiar la industria", explica Amaral, quien concluye: "Existe una conexión entre el aumento de la concentración de poder y la disminución de la participación de las mujeres".
El estudio también pone de manifiesto que las mujeres productoras tienden a contratar una mayor proporción de mujeres para trabajar en sus películas; las mujeres con poder en Hollywood están mejorando las condiciones de otras mujeres, resume Amaral.