Los científicos que descubrieron el ADN más antiguo que se conoce lo usaron para revelar cómo era la vida hace 2 millones de años en el extremo norte de Groenlandia. Lo que hoy es un desierto ártico estéril era entonces un paisaje exuberante con árboles, vegetación y toda una gama de animales, entre ellos el mastodonte.
“El estudio abre la puerta a un pasado prácticamente perdido”, dijo el autor principal, el geólogo y experto en glaciares Kurt Kjær, de la Universidad de Copenhague.
Dada la escasez de fósiles de animales, los investigadores recurrieron al ADN ambiental, o eADN, de las muestras del suelo. Este es el material genético que desechan los organismos: pelo, deyecciones, saliva o cadáveres descompuestos.
El estudio del ADN antiguo suele ser difícil porque el material genético se descompone con el tiempo y solo quedan fragmentos.
Pero con la última tecnología, los investigadores pudieron extraer información genética de los pequeños fragmentos dañados de ADN, explicó el autor Eske Willerslev, genetista de la Universidad de Cambridge. En el estudio, publicado el miércoles en la revista Nature, compararon el ADN con el de diversas especies.
Las muestras provinieron de un depósito de sedimento llamado formación Kap København en Peary Land. Hoy la zona es un desierto polar, dijo Kjær.
Pero hace millones de años, la región sufría un período de cambio climático intenso que elevó las temperaturas, dijo Willerslev. El sedimento se acumuló probablemente durante decenas de miles de años antes de que se enfriara el clima y el suelo se volviera permafrost.
El ambiente frío conservó los delicados fragmentos de ADN, hasta que llegaron los científicos con sus trépanos y tomaron muestras a partir del 2006.
Durante el período cálido, cuando las temperaturas promedio eran de 11 a 19 grados Celsius (20 a 34 Fahrenheit) más elevadas que las actuales, había una variedad inusual de vida vegetal y animal, informaron los investigadores. Los fragmentos de ADN indican una mezcla de plantas del Ártico, como abedules y arbustos, con otras que prefieren climas más cálidos como abetos y cedros.
También aparecieron rastros de ADN de gansos, liebres, renos y lemings. Anteriormente, algunos restos de escarabajos peloteros y liebres habían sido la únicas señales de vida.
Una gran sorpresa fue hallar ADN de mastodonte, una especie extinta que parece una cruza de elefante y mamut, dijo Kjær .
(Con información de AP)