Después de años de estudiar las aguas heladas del Océano Austral con monitores robóticos flotantes, un consorcio de oceanógrafos y otros investigadores los están desplegando por todo el planeta, desde el Pacífico norte hasta el Océano Índico.
El proyecto conocido como Global Ocean Biogeochemistry Array, o GO-BGC, comenzó en marzo con el lanzamiento del primero de 500 nuevos monitores robóticos flotantes que contienen computadoras, sistemas hidráulicos, baterías y una serie de sensores que, según los científicos, transmitirán una imagen más completa del océano y su salud.
“El océano es extremadamente importante para el clima, para la sustentabilidad de la tierra y el suministro de alimentos y proteínas para un gran número de personas. No lo monitoreamos muy bien”, dijo Ken Johnson, director del proyecto GO-BGC y un científico principal del Instituto de Investigación del Acuario de la Bahía de Monterrey (MBARI) en Moss Landing, California.
Johnson sostuvo que los sensores ayudan a inspeccionar una porción más grande del océano de manera más consistente que las personas que recolectan muestras en los barcos, y agregó: “El objetivo es poder monitorear la salud del océano en lugares donde la gente solo va una vez por década”.
En el laboratorio de MBARI, los miembros del equipo han estado ocupados calibrando cada uno de los sensores, que medirán la acidez o niveles de pH, salinidad, temperatura, presión, oxígeno y nitrato.
Las mediciones se tomarán a una profundidad de 1,000 metros, donde el flotador se desplazará en corrientes más débiles durante un poco más de una semana. Luego descenderá a casi 2 kilómetros antes de salir a la superficie y transmitir sus datos a la costa a través de un satélite. El viaje completo durará unos 10 días.
Esos datos estarán disponibles para las instituciones de investigación y las escuelas de forma gratuita, y ayudarán a elaborar un modelado oceánico más preciso, dijo George Matsumoto, especialista sénior en educación e investigación de MBARI.
“A lo largo de los años, a medida que todos los datos comienzan a acumularse, aprendemos más y más sobre los océanos”, afirmó.