Científicos de la Universidad de Harvard (EE.UU.) crearon Octobot, un robot blando con forma de pulpo y totalmente autónomo, diseñado para salvar vidas.
Se llama Octobot porque tiene forma de pulpo (octopus es pulpo en inglés) y se espera que, gracias a su forma flexible, pueda ingresar a lugares difícilmente accesibles en operaciones quirúrgicas complejas.
Según explicó Sinc Ryan Truby, científico y creador, del Wyss Institute for Biologically Inspired Engineering de Harvard, "muchos grupos de investigación de todo el mundo están interesados en la creación de robots hechos de materiales blandos, pero estos sistemas todavía requieren fuentes de energía y electrónica convencionales que dificultan su desarrollo y sus posibles aplicaciones".
Para fabricar a Octobot se usó una mezcla de litografía blanda, piezas de fundición, y una nueva técnica de impresión 3D embebida llamada EMB3D.
Mediante el uso combinado de un combustible peróxido de hidrógeno y un circuito lógico de microfluidos se permitió hacer un robot blando autónomo sin necesidad de recurrir a las fuentes de energía ni a los sistemas electrónicos típicos, detalló Truby.
Con ello logró resolver uno de los problemas que existía en el desarrollo de robots blandos que era la alimentación energética (uso de cables, baterías u otros componentes de electrónica tradicional).