Pese al entusiasmo de las empresas tecnológicas y los fabricantes de automóviles que prometen vehículos autónomos para el año 2020, probablemente habrá que esperar más tiempo para que sean parte de nuestra vida, debido a los muchos obstáculos técnicos y legales que quedan por salvar.
Casi todos los grandes nombres del automóviles y de la tecnología se han lanzado desde hace varios años en una veloz carrera para ver quién pone en el mercado el primer vehículo autónomo.
Y, pese que mas del 90% de los accidentes de tránsito se origina por la acción humana, no son pocos los expertos que consideran que esta tecnología no será completamente fiable en el corto plazo.
Los vehículos autónomos tienen ojos en todas partes, todo el tiempo. Su visión de 360 grados supera los límites de un conductor que para revisando los espejos.
Esto se debe a que los autos autónomos, que no necesitan conductor, poseen de numerosas cámaras, radares y sensores.
En el corazón del sistema se encuentra una cámara estereoscopia, ubicada en el frente. Esto reemplaza la visión del conductor.
Pero existe una pregunta, "si un auto autónomo está por chocar: ¿a quién debe salvar? ¿Al pasajero o a un peatón?"
Ya en Alemania se publicó el Ethik-Kommission zum automatisierten Fahren legt Bericht vor o "Primer Informe de la Comisión de Ética sobre la Conducción Automatizada". Es interesante leerlo, porque quienes programen algoritmos para autos van a tener una base desde donde tratar de responder esas preguntas.
Pensemos que, detrás de cada algoritmo o máquina autónoma, hay un programador con su bagaje cultural, y al momento de programar inconscientemente va a aplicar su propia idea de cómo solucionar estos dilemas éticos de la conducción autónoma, mientras que los algoritmos deberían ser neutrales. Esta es la base de lo que Alemania propone con su informe: poner el sesgo en evidencia y neutralizarlo siempre que sea posible.
La Nación de Argentina.